Por: Ludwig H. Cárdenas Silva
SAN MARTÍN: DEFORESTACIÓN EN CABECERAS DE CUENCA AMENAZA FUTURO ABASTECIMIENTO DE AGUA A POBLACIONES Y TIERRAS DE CULTIVO
12/10/2011
El agua es el recurso natural más preciado de la naturaleza, el líquido elemento más importante para la existencia del hombre en cualquier latitud del planeta.
Del total existente en el mundo, sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que el 90 % es agua de mar y tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1 % de toda el agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos. Además, el agua tal como se encuentra en la naturaleza, para ser utilizada sin riesgo para el consumo humano requiere ser tratada, para eliminar las partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente debe ser distribuida a través de tuberías hasta los domicilios, para que se pueda consumirla sin ningún problema ni riesgo alguno.
En nuestro país, la Amazonia, todavía se constituye como el lugar más privilegiado en cuanto a producción de agua dulce para consumo humano y para el desarrollo de actividades productivas; sin embargo, esta situación viene siendo alterada significativamente, debido al uso inadecuado de los recursos hídricos como a los cambios ambientales que vienen presentándose en el planeta. El calentamiento global está haciendo sentir sus terribles consecuencias en todo el mundo.
Las fuentes, los manantiales, las cuencas están en acelerada degradación. Hay cambios de clima y de suelo, inundaciones, sequías y desertización. Pero es la acción humana la más drástica: ejerce una deforestación delirante, ignora los conocimientos tradicionales (sobre todo de los indígenas), retira el agua de los ríos de diferentes maneras, entre otras con obras de ingeniería (canales de riego, represas y trasvases).
En la agenda política internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto prioritario. Y es que ante una situación de escasez del agua, la amenaza se cierne sobre tres aspectos fundamentales del bienestar humano: la producción de alimentos, la salud y la estabilidad política y social. Esto se complica aún más si el recurso disponible se encuentra compartido, sin considerar el aspecto ecológico.
El sector agrícola es el mayor consumidor de agua con el 65%, no sólo porque la superficie irrigada en el mundo ha tenido que quintuplicarse sino porque no se cuenta con un sistema de riego eficiente, razón principal que provoca que las pérdidas se tornen monumentales. Le siguen el sector industrial que requiere del 25% y el consumo doméstico, comercial y de otros servicios urbanos municipales que requieren el 10%. Según la FAO, para el año 2015 el uso industrial alcanzará el 34% a costa de reducir al 58% los volúmenes destinados para riego y al 8% los destinados para otros usos. A nivel mundial, el consumo total de agua se ha triplicado desde 1950, cifra que equivale al 30% de la dotación renovable del mundo que se puede considerar como estable. En estas circunstancias, muchas regiones del mundo han alcanzado el límite de aprovechamiento del agua, lo que los ha llevado a sobreexplotar los recursos hídricos superficiales y subterráneos, creando un fuerte impacto en el ambiente. Es por esto que, la gestión del recurso agua debe tender a evitar situaciones conflictivas debidas a escasez, sobreexplotación y contaminación, mediante medidas preventivas que procuren un uso racional y de conservación.
A nivel de San Martín, la deforestación incontenible y el uso inadecuado del recurso hídrico, están originando una crisis que tiende a convertirse en irreversible. Evidencia de ello, es la disminución del caudal de las fuentes de agua que abastecen a las poblaciones y tierras de cultivo. Los racionamientos de agua en las ciudades se producen con mayor frecuencia, lo que está obligando a las autoridades a tomar serias y costosas medidas para poder cubrir esta necesidad básica en la población. Sin embargo, la falta de visión de nuestros representantes políticos los lleva únicamente a contemplar proyectos de captación de agua de ríos más caudalosos, y no así a dar un uso eficiente al recurso hídrico. Las experiencias pasadas no están sirviendo de lección. Es urgente que a la par que se ejecuten nuevos proyectos de captación de agua, se elaboren y desarrollen planes integrales de manejo de micro cuencas, donde se contemplen actividades de conservación, protección y manejo sostenible de los ríos, así como de su entorno natural.
La conceptualización de la conservación del recurso agua debe entenderse como un proceso que involucra a varios sectores, por lo que la estrategia debe considerar principalmente los siguientes aspectos: lo social, lo económico y lo biológico.
Río Shilcayo, Tarapoto