BOSQUE
DE PROTECCIÓN ALTO MAYO: DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES
Por:
Ludwig H. Cárdenas Silva
El Bosque de Protección Alto Mayo
(BPAM) es un refugio natural con una superficie de 182 mil hectáreas, ubicado
en el norte de la región San Martín, en las provincias de Rioja y Moyobamba.
Desde su reconocimiento legal en 1987, este bosque ha sido vital para la
conservación de cuencas hidrográficas, la protección de la biodiversidad y la
promoción del turismo sostenible. Sin embargo, a lo largo de sus 37 años, el
BPAM enfrenta una crisis ambiental debido a la invasión y deforestación
causadas por la migración y la falta de coordinación institucional.
El
BPAM no solo es un refugio para una vasta biodiversidad, sino que también
desempeña un papel crucial en la regulación de los recursos hídricos de la
región. Los ríos que nacen en el bosque de protección abastecen de agua a las poblaciones y
terrenos agrícolas del valle Alto Mayo, lo que subraya su importancia para la
vida y el desarrollo local. Además, el bosque es reconocido internacionalmente
como un destino privilegiado para el avistamiento de aves, habiendo batido
récords en esta actividad.
A
pesar de sus invaluables beneficios, el BPAM está amenazado por actividades
humanas insostenibles. La invasión de agricultores migrantes, que practican la
tala y quema de bosques para la agricultura y ganadería, ha llevado a una
severa deforestación. Esta problemática se agrava por la construcción de trochas
carrozables sin planificación ambiental adecuada, promovida por autoridades
locales con intereses politiqueros.
La
migración desordenada, principalmente desde las regiones de Cajamarca y
Amazonas, es un factor determinante en la crisis del BPAM. Los migrantes,
impulsados por la búsqueda de oportunidades y facilitados por la Carretera
Fernando Belaúnde Terry, se asientan ilegalmente en el bosque de protección y
su zona de amortiguamiento. Sin el conocimiento adecuado de las características
del suelo y utilizando técnicas agrícolas arcaicas, estos nuevos residentes
exacerban la deforestación y la degradación del ecosistema.
La
falta de coordinación y cumplimiento de las leyes ambientales es otra causa
significativa. A pesar de la existencia de herramientas de gestión ambiental,
como planes maestros y ordenanzas regionales, su implementación ha sido
deficiente. La construcción de infraestructuras sin consulta adecuada con las
autoridades ambientales ha resultado en la invasión del área natural protegida
y la alteración de microcuencas vitales.
Para enfrentar esta crisis, es urgente adoptar medidas tanto a nivel interno como externo:
Internamente, es esencial establecer un sistema de control migratorio
que regule la ocupación de tierras y oriente a los migrantes hacia áreas
adecuadas para sus actividades. Las municipalidades deben respetar y hacer
cumplir las leyes ambientales, consultando con las instituciones pertinentes
antes de promover obras de infraestructura.
Además,
se debe incrementar el número de fiscales ambientales para atender las
denuncias de invasión y deforestación de manera oportuna. En el sector
educativo, es fundamental incorporar cursos sobre la realidad territorial y
ambiental de la región en la currícula escolar, para fomentar una conciencia
ambiental.
Externamente,
la coordinación entre autoridades regionales y municipales es crucial. Las
obras de infraestructura deben planificarse considerando el impacto ambiental y
promoviendo un desarrollo sostenible. La visión de la Amazonía como una
despensa inagotable debe ser reorientada hacia una perspectiva de conservación
y uso responsable de sus recursos.
La
cooperación internacional también juega un papel vital. Las organizaciones
internacionales proporcionan apoyo técnico y financiero para reforzar las
acciones de conservación y gestión ambiental en la región.
El
Bosque de Protección Alto Mayo está enfrentando serios desafíos que requieren
acciones inmediatas y coordinadas para revertirlos. A pesar de las amenazas,
aún es posible transformar esta área en un modelo de desarrollo sostenible,
aprovechando sus potencialidades y respetando las leyes y herramientas de gestión
ambiental. Es momento de actuar con responsabilidad y compromiso para proteger
este invaluable recurso natural para las presentes y futuras generaciones.
Es fundamental que las autoridades y funcionarios de las instituciones locales y regionales tomen acciones en defensa de nuestros ríos y bosques. El tiempo apremia.
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