23 ago 2024

FEDIR EXIGE PROTECCIÓN DE MICROCUENCAS

RIOJANOS EN PIE DE LUCHA: EXIGEN PROTECCIÓN Y

CONSERVACIÓN DE SUS MICROCUENCAS

 Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

    La provincia de Rioja, ubicada en las estribaciones del Bosque de Protección Alto Mayo, enfrenta una crisis ambiental que amenaza su desarrollo sostenible. Los ríos y quebradas de la provincia están disminuyendo su caudal de manera drástica, un problema alarmante que ha puesto en riesgo el abastecimiento de agua en los distritos y terrenos agrícolas. Ante esta situación, el Frente de Defensa de los Intereses de Rioja (FEDIR), ha decidido tomar acción y exigir la defensa y protección de sus recursos hídricos y bosques.

El 22 de agosto de 2024 será recordado como un día crucial para los riojanos y sanmartinenses. En esta fecha, se llevó a cabo la primera reunión entre los dirigentes del FEDIR, autoridad provincial y representantes de entidades clave como la Autoridad Regional Ambiental (ARA), la Autoridad Local del Agua (ALA), los Comités de Regantes y la EPS Rioja. El objetivo: abordar la creciente problemática de los ríos en la provincia de Rioja, que, como muchos otros en la región de San Martín, se encuentran abandonados y sin un plan de protección efectivo.

El calentamiento global, agravado por la deforestación masiva, viene golpeando severamente a los ríos amazónicos. Durante la temporada de estiaje, que se extiende por 7 a 8 meses, los ríos y quebradas prácticamente se secan. Por otro lado, en la temporada de lluvias (4 a 5 meses), el caudal de los ríos aumenta de manera excesiva e irregular, provocando inundaciones que afectan tanto a las ciudades como a las tierras de cultivo. Estas situaciones extremas, empeoradas por la falta de una gestión adecuada, van generando consecuencias devastadoras para la región.

La situación en los ríos de la provincia de Rioja es particularmente crítica debido a la extracción desmedida y descontrolada de material de acarreo (agregados) y la deforestación. Los extractores, con un afán lucrativo, han llegado incluso a las cabeceras de los ríos, de donde se capta agua para varios distritos. El río Tónchima, por ejemplo, ha visto afectadas sus fajas marginales, su lecho y sus riquezas ictiológicas, ya no se encuentran las diversas especies de peces que antes abundaban.

Frente a estos hechos, el FEDIR ha demandado a la Municipalidad Provincial de Rioja y al gobierno regional que se declare la intangibilidad de los ríos y quebradas mediante una ordenanza, que solo se extraiga material de acarreo para obras públicas. Asimismo, se requiere la elaboración de un Plan de Mitigación a los Efectos del Calentamiento Global, si existe es imperativo que lo pongan en práctica. Es evidente que, a nivel distrital, provincial y regional, las autoridades están centradas en impulsar obras de infraestructura sin considerar el impacto en los bosques y recursos hídricos. Este enfoque inmediatista, orientado en promover obras con cemento, fierro y asfalto, amenaza el futuro de las nuevas generaciones.

San Martín, siendo un departamento amazónico, ya enfrenta problemas de desabastecimiento de agua en sus ciudades, una situación que se agrava cada día. El racionamiento de agua potable se ha convertido en una realidad, y si no se corrigen los errores y omisiones ahora, las consecuencias serán catastróficas en pocas décadas.

Es hora de que los distritos y provincias de San Martín se unan para exigir a las autoridades que declaren de carácter estratégico la intangibilidad y conservación de nuestras microcuencas y bosques. Si no protegemos lo que nos queda, no habrá desarrollo sostenible en nuestra región. Los riojanos ya están en pie de lucha, y es fundamental que las demás provincias se unan a esta noble causa para exigir la defensa de nuestro patrimonio natural y garantizar un futuro promisorio.

Extracción intensiva y descontrolada de material de acarreo (agregados) en la naciente del río Negro.


15 ago 2024

DESARROLLISMO VS BOSQUES

 POPULISMO Y DESARROLLISMO VS CONSERVACIÓN DE

BOSQUES Y MICROCUENCAS

 Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

 Desde hace décadas un sector de autoridades y dirigentes sociales moyobambinos vienen exigiendo la construcción de una carretera que enlace a Moyobamba con Balsapuerto. Sobre este particular es fundamental analizar los pros y los contras de lo que implicaría una obra de tal magnitud.

Antes, es oportuno hacer un análisis de otras experiencias como es el caso de la Carretera Interoceánica Sur, que enlaza a nuestro país con Brasil.

La Carretera Interoceánica Sur, inaugurada en 2010 como un proyecto emblemático para conectar Perú y Brasil, ha resultado ser una fuente de controversia, generando más problemas que beneficios. Aunque fue presentada como una solución integral para fomentar el comercio, reducir costos de transporte y abrir nuevas oportunidades económicas en las regiones amazónicas y andinas, la realidad ha demostrado que los resultados han sido decepcionantes.

El volumen de comercio entre Perú y Brasil no ha crecido al ritmo esperado, y los negocios que se esperaban a lo largo de la ruta no se han materializado. En lugar de impulsar el crecimiento económico, la carretera ha puesto en evidencia graves deficiencias en la planificación y la falta de infraestructura complementaria necesaria para cumplir con los objetivos planteados.

El impacto ambiental ha sido uno de los aspectos más críticos. La construcción de la carretera facilitó el acceso a áreas de la Amazonía que antes estaban protegidas, lo que ha incrementado la deforestación, la minería ilegal y la expansión de cultivos ilícitos. Esta devastación afecta no solo la biodiversidad, sino también el clima global, mientras que las comunidades indígenas ven amenazados sus medios de vida.

En términos sociales, la carretera no ha mejorado la calidad de vida de las comunidades locales, sino que ha traído consigo un aumento en la violencia, la criminalidad y la explotación, especialmente en zonas donde prolifera la minería ilegal. Las promesas de desarrollo y empleo local han quedado incumplidas, y el acceso a servicios básicos sigue siendo limitado.

Catorce años después de su construcción, la Interoceánica Sur ha fracasado en cumplir sus promesas de comercio y desarrollo. En su lugar, se ha convertido en un símbolo de mala planificación, corrupción y falta de visión a largo plazo. Los daños ambientales y sociales son profundos, y los beneficios han sido mínimos, evidenciando la necesidad de reevaluar cómo se gestionan los grandes proyectos de infraestructura, priorizando el bienestar humano y la protección del medio ambiente.

Estos antecedentes deberían servir de lección para que las autoridades sanmartinenses reconsideren su enfoque y dejen de promover proyectos que, a largo plazo, solo traerán más perjuicios que beneficios. Por tanto, antes de plantear la construcción de la carretera Moyobamba – Balsapuerto es necesario tomar en cuenta lo siguiente:

1º. En el Perú, principalmente en la Amazonía, cada carretera conlleva una deforestación masiva y con ella la pérdida de biodiversidad y fuentes de agua.

2º. Es imperativo considerar los instrumentos de gestión ambiental, como es el caso de la zonificación ecológica - económica, la zonificación forestal, así como los planes de desarrollo provincial y regional.

3º. Evaluar los beneficios como los riesgos económicos. Desde este punto de vista, Balsapuerto ya no constituye la puerta de acceso a un mercado importante como lo fue Iquitos hace décadas. El comercio ahora se realiza a través de la Carretera Fernando Belaúnde Terry, que conecta con la sierra y la costa, enlazando con puertos importantes como el del Callao y, próximamente, con el de Chancay.

En una región donde el calor se incrementa constantemente, donde el caudal de los ríos disminuye cada día y el racionamiento de agua potable es cada vez más frecuente en las ciudades, es crucial optar por proyectos realmente sostenibles y dejar atrás el desarrollismo irresponsable. Es ampliamente conocido que San Martín se encuentra entre los departamentos más deforestados del país. Si esta tendencia continúa, enfrentaremos, adicionalmente, la pérdida de miles de hectáreas de bosques y de numerosas microcuencas. La tan publicitada carretera Moyobamba-Balsapuerto, en las condiciones actuales, parece más un proyecto impulsado por políticos en busca de reelección que una obra diseñada para el verdadero beneficio de la región. Es momento de reflexionar sobre el legado que queremos dejar a las futuras generaciones.

Zona deforestada en un tramo de la Carretera Interoceánica Sur que une Perú y Brasil en la región Madre de Dios. Foto: Mariana Bazo.

Trabajo conjunto entre regiones