18 mar 2024

TURISMO SOSTENIBLE

 SAN MARTÍN: URGE PROMOVER UN TURISMO SOSTENIBLE

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

En la época actual, donde el turismo se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos económicos para muchas regiones del mundo, es fundamental abordar el tema del desarrollo turístico de manera sostenible, mucho más en nuestro país donde tenemos áreas naturales protegidas, en las que se concentra una gran riqueza turística.

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo sostenible se define como aquel que satisface las necesidades de los turistas y de las regiones de destino, al mismo tiempo que protege y garantiza la actividad de cara al futuro. Es un enfoque de gestión que busca conciliar las necesidades económicas, sociales y estéticas con la conservación de la integridad, los procesos ecológicos esenciales y la diversidad biológica de los ecosistemas.

Dentro del contexto del turismo sostenible, la capacidad de carga juega un papel fundamental. Se refiere al número máximo de visitantes que un espacio o recurso turístico puede soportar sin que se produzcan impactos negativos irreversibles en el entorno. Es importante establecer límites claros sobre el número de visitantes y el nivel de desarrollo permitido, con el fin de garantizar la conservación de los recursos naturales y la calidad de la experiencia turística.

Existen diversas metodologías para medir la capacidad de carga en áreas naturales protegidas y en otras zonas turísticas. Entre las más utilizadas se encuentran los Límites de Cambio Aceptable (LCA) y la Capacidad de Carga Turística (CCT).

Los LCA se enfocan en establecer límites sobre los cambios aceptables en el ambiente natural, considerando tanto los aspectos ecológicos como las percepciones y valores de la comunidad local. Por otro lado, la CCT se centra en determinar el número máximo de visitantes que un área protegida puede recibir sin comprometer su integridad ambiental.

San Martín, es una región rica en biodiversidad y paisajes naturales impresionantes, lo que la convierte en un destino turístico potencialmente atractivo. La región cuenta con 4 áreas naturales protegidas: el Parque Nacional Río Abiseo, el Parque Nacional Cordillera Azul, el Bosque de Protección Alto Mayo y el Área de Conservación Regional Cordillera Escalera. Además, existen varias Áreas de Conservación Privadas (ACPs) y muchas zonas de Conservación y Recuperación de Ecosistemas (ZOCRES), en las cuales se encuentran la mayoría de atractivos naturales.

Sin embargo, el desarrollo turístico descontrolado podría poner en riesgo la conservación de estos recursos naturales. Por ello, es crucial que en San Martín se trabaje el turismo con criterios de sostenibilidad. Esto implica aplicar las mejores metodologías disponibles para medir la capacidad de carga de los recursos y atractivos turísticos, tanto en áreas naturales protegidas, como en sus zonas de amortiguamiento.

Es fundamental que las autoridades y actores involucrados en el sector turístico trabajen de manera coordinada para aplicar las mejores prácticas y metodologías disponibles en la medición y gestión de la capacidad de carga de los atractivos turísticos naturales.

Es oportuno que se realicen estudios detallados, relacionados al turismo, en las áreas naturales protegidas, en las Zocres y en sus respectivas zonas de amortiguamiento, con la participación activa de la comunidad local y el sector privado. Además, es necesario promover la educación ambiental y el turismo responsable entre los visitantes, con el fin de minimizar los impactos negativos y maximizar los beneficios socioeconómicos para la región.

Baños termales de San Mateo, al igual que otros atractivos de San Martín, urge aprovecharlo con un criterio de sostenibilidad.

14 mar 2024

CRISIS DEL RÍO TÓNCHIMA

 

TÓNCHIMA: INACCIÓN ANTE LA CRISIS DE UN RÍO VITAL PARA EL DESARROLLO DEL ALTO MAYO

R/13/03/2024.

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

Al norte de la región San Martín, se encuentra un importante recurso natural que ha sido durante siglos la fuente de vida y sustento para las comunidades locales. El río Tónchima, que fluye majestuoso a través del Valle Alto Mayo, no solo provee agua para el consumo humano y agrícola, sino que también alberga una gran diversidad de especies acuáticas que han prosperado en sus ricas aguas. Sin embargo, a pesar de su importancia vital, este río enfrenta una amenaza creciente debido a la negligencia humana y la falta de conciencia sobre su sostenibilidad.

Una de las principales preocupaciones que rodean al río Tónchima es la extracción desmedida y descontrolada de material de construcción (acarreo). La demanda de piedra ha llevado a una explotación indiscriminada del río, lo que viene alterando su cauce natural y provocando la degradación de sus hábitats acuáticos. La extracción de este material no solo causa erosión de las riberas, sino que también afecta la calidad del agua y reduce la disponibilidad de hábitats para la fauna acuática.

Además, la contaminación generada por actividades humanas, como la agricultura intensiva, la industria y el vertido de desechos sólidos y aguas residuales, ha exacerbado los problemas del río Tónchima. Los contaminantes transportados por las aguas fluviales, como pesticidas, fertilizantes y otros agroquímicos para la agricultura, amenazan la salud de los ecosistemas acuáticos y ponen en peligro la supervivencia de las especies de peces nativos.

La desaparición gradual de muchas especies de peces en Tónchima es un claro indicador de la crisis que enfrenta este ecosistema acuático. Especies como la carachama, bagre, boquichico, shitari, bujurco, sábalo, mojarra, yulilla, entre otros, que alguna vez fueron abundantes en sus aguas, ahora están desapareciendo debido a la degradación de su hábitat y la contaminación del agua. La pérdida de estas especies no solo afecta la biodiversidad del río Tónchima, sino que también impacta negativamente en las actividades pesqueras tradicionales de las comunidades locales, que dependen de la pesca como una fuente importante de alimento y sustento.

Ante esta situación crítica, es fundamental que se tomen medidas urgentes para proteger y conservar el río Tónchima y su entorno. Es necesario aplicar las normas e implementar políticas y regulaciones ambientales más estrictas que limiten la extracción de materiales de construcción en el lecho y en las riberas del río, y controlen la contaminación de sus aguas. Es imperativo un esfuerzo conjunto y decidido entre los municipios, la Autoridad Local del Agua, la Autoridad Regional Ambiental, las comisiones de regantes, las asociaciones ambientalistas y las organizaciones sociales de base para promover prácticas sostenibles de desarrollo que protejan la integridad del río y fomenten la coexistencia armoniosa entre el ser humano y su entorno natural.

Hoy más que nunca debemos tener en cuenta que el río Tónchima representa un valioso patrimonio natural que merece ser preservado para las generaciones futuras. Su importancia como fuente de vida y sustento para las comunidades del Valle Alto Mayo no puede subestimarse, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para garantizar su integridad y sostenibilidad a largo plazo. La protección y conservación de Tónchima no solo beneficiará a las comunidades locales y a la biodiversidad de la zona, sino que también contribuirá a la conservación de uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de nuestra región.

La explotación irracional de material de acarreo del río Tónchima está originando la erosión de sus riberas y la pérdida de su riqueza ictiológica. Este mismo problema se presenta en otros ríos de la región.

Trabajo conjunto entre regiones