TÓNCHIMA: INACCIÓN ANTE LA CRISIS DE UN RÍO VITAL PARA EL DESARROLLO DEL ALTO
MAYO
R/13/03/2024.
Por: Ludwig H. Cárdenas
Silva
Al
norte de la región San Martín, se encuentra un importante recurso natural que
ha sido durante siglos la fuente de vida y sustento para las comunidades
locales. El río Tónchima, que fluye majestuoso a través del Valle Alto Mayo, no
solo provee agua para el consumo humano y agrícola, sino que también alberga
una gran diversidad de especies acuáticas que han prosperado en sus ricas aguas.
Sin embargo, a pesar de su importancia vital, este río enfrenta una amenaza
creciente debido a la negligencia humana y la falta de conciencia sobre su
sostenibilidad.
Una de las principales
preocupaciones que rodean al río Tónchima es la extracción desmedida y
descontrolada de material de construcción (acarreo). La demanda de piedra ha
llevado a una explotación indiscriminada del río, lo que viene alterando su
cauce natural y provocando la degradación de sus hábitats acuáticos. La
extracción de este material no solo causa erosión de las riberas, sino que
también afecta la calidad del agua y reduce la disponibilidad de hábitats para
la fauna acuática.
Además, la contaminación
generada por actividades humanas, como la agricultura intensiva, la industria y
el vertido de desechos sólidos y aguas residuales, ha exacerbado los problemas
del río Tónchima. Los contaminantes transportados por las aguas fluviales, como
pesticidas, fertilizantes y otros agroquímicos para la agricultura, amenazan la
salud de los ecosistemas acuáticos y ponen en peligro la supervivencia de las especies
de peces nativos.
La desaparición gradual de
muchas especies de peces en Tónchima es un claro indicador de la crisis que
enfrenta este ecosistema acuático. Especies como la carachama, bagre, boquichico,
shitari, bujurco, sábalo, mojarra, yulilla, entre otros, que alguna vez fueron
abundantes en sus aguas, ahora están desapareciendo debido a la degradación de
su hábitat y la contaminación del agua. La pérdida de estas especies no solo
afecta la biodiversidad del río Tónchima, sino que también impacta
negativamente en las actividades pesqueras tradicionales de las comunidades
locales, que dependen de la pesca como una fuente importante de alimento y
sustento.
Ante esta situación crítica,
es fundamental que se tomen medidas urgentes para proteger y conservar el río
Tónchima y su entorno. Es necesario aplicar las normas e implementar políticas
y regulaciones ambientales más estrictas que limiten la extracción de
materiales de construcción en el lecho y en las riberas del río, y controlen la
contaminación de sus aguas. Es imperativo un esfuerzo conjunto y decidido entre
los municipios, la Autoridad Local del Agua, la Autoridad Regional Ambiental, las
comisiones de regantes, las asociaciones ambientalistas y las organizaciones
sociales de base para promover prácticas sostenibles de desarrollo que protejan
la integridad del río y fomenten la coexistencia armoniosa entre el ser humano
y su entorno natural.
Hoy más que nunca debemos
tener en cuenta que el río Tónchima representa un valioso patrimonio natural
que merece ser preservado para las generaciones futuras. Su importancia como
fuente de vida y sustento para las comunidades del Valle Alto Mayo no puede
subestimarse, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para garantizar su integridad
y sostenibilidad a largo plazo. La protección y conservación de Tónchima no
solo beneficiará a las comunidades locales y a la biodiversidad de la zona,
sino que también contribuirá a la conservación de uno de los ecosistemas
acuáticos más importantes de nuestra región.
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