21 nov 2012

Las medias tintas, las incongruencias y la falta de voluntad política continúan imponiéndose.

SAN MARTÍN SIN POLÍTICA VERDE
Por: Ludwig Cárdenas Silva
Luego del lamentable suceso ocurrido el mes pasado en Nuevo Progreso - Picota, salieron a relucir algunos detalles que evidencian la falta de coherencia entre lo que dice la parte técnica del gobierno regional y lo que dicen sus representantes políticos.
A pocos días del desastre, la representante de la Autoridad Regional Ambiental (ARA) salió a decir “que el Gobierno Regional de San Martín no invertirá ni un solo sol en obras de infraestructura dentro de zonas de protección como bosques y otras áreas de conservación”. Continuó afirmando y recalcando “Ni escuelas, ni puentes, ni carreteras. El Gobierno Regional no invertirá ni un solo sol en obras que se pretendan hacer dentro de zonas protegidas como las áreas de conservación regional. Por ese motivo, ahora cualquier obra de este tipo, debe pasar por una evaluación previa del ARA, a fin de contar con su aprobación para poder ejecutarla”. Todo lo señalado da a entender que si no hubiera ocurrido el desastre en Nuevo Porvenir nunca hubieran tratado el tema ni salido a plantear tales medidas.
Algunos días después de las afirmaciones hechas por la representante del ARA, don César Villanueva, salió a decir que “San Martín no tiene canon como otros departamentos del país, pero sí tiene tierras que producen el mejor café y cacao del mundo y que nuestras riquezas están en las zonas rurales, por eso las tenemos que potenciar. Si no valoramos lo que tenemos o lo que somos toda la vida vamos a ser pobres”. Señaló, además, que “El Gobierno Regional está llegando a los pueblos más alejados para reforzar la seguridad de las tierras de los agricultores otorgándoles títulos de propiedad y así estar preparados antes que llegue la fuerza comercial, la misma que se logrará con el mejoramiento de las principales carreteras de acceso a las diversas comunidades”. Se supone que se refiere a las zonas donde se encuentran los llamados “centros de producción agrícola”.
Para nadie es un secreto que los agricultores que se dedican al cultivo de café y cacao en San Martín, en su mayoría provienen de otras regiones del país, con experiencias muy ajenas a nuestra realidad. Estos señores vienen afincándose improvisadamente en cualquier lugar “disponible” del departamento, sin conocer la vocación de las tierras que usurpan. Muestra de esto se puede observar en la zona de amortiguamiento y dentro del Bosque de Protección Alto Mayo, donde cada año se deforestan cientos de hectáreas para destinarlos al cultivo de café, yuca, plátano; así como, a la siembra de pasto para la crianza de ganado vacuno.
El Bosque de Protección Alto Mayo abarca 7 distritos: Yorongos, Rioja, Elías Soplín Vargas, Nueva Cajamarca, Awajún, Pardo Miguel y Moyobamba. En todos, impera el cultivo de café. Lo más lamentable es que esos “cafetaleros” vienen practicando, desde hace muchos años, una agricultura basada en la tala, rozo y quema de la cobertura vegetal, favoreciendo así los procesos erosivos, sin que nuestras instituciones representativas puedan hacer algo claro y contundente para que se respeten las leyes ambientales y el plan maestro de esta área natural protegida.
Cabe señalar que el Bosque de Protección Alto Mayo es vital para el mantenimiento del equilibrio hídrico en el departamento de San Martín y en toda la Amazonía. Su cobertura boscosa capta el agua de las lluvias y la conduce a los valles donde abastece a las poblaciones y tierras de cultivo. Estos bosques evitan que caminos, carreteras y poblados enteros sean devastados por huaycos y deslizamientos causados por la desestabilización de un terreno frágil, sin cobertura y expuesto al continuo embate de las lluvias.
Afirmar que "nuestras riquezas están en las zonas rurales", no es del todo cierto; al menos no lo es si se considera que la mayoría de estas zonas se ubican en lugares que deben permanecer intangibles. Gran parte de los terrenos dedicados al cultivo de café y cacao en San Martín, se ubican en laderas de montañas, en zonas de amortiguamiento y en las mismas áreas naturales protegidas. Lugares que por el momento pueden parecer aptos para realizar estas actividades; pero, a la larga, están condenados a convertirse en purmas o en terrenos áridos.

Está demostrado que las tierras productivas en San Martín ya están saturadas, por tanto, las obras de infraestructura que se construirán próximamente, se orientarán inevitablemente hacia las áreas naturales protegidas o en todo caso a otras zonas que sin estar protegidas legalmente tampoco son aptas para la agricultura, alentando así su posterior invasión y depredación. 
Todo parece indicar que el presidente regional desconoce los instrumentos de gestión ambiental y hasta la Zonificación Ecológica Económica que su misma institución elaboró. Al parecer, está más interesado en propiciar un desarrollo al corto plazo, que eventualmente impresiona más, antes que alentar un desarrollo con criterio de sostenibilidad de mediano y largo plazo. De ahí el afán de centrarse en la ampliación de la frontera agrícola. Seguirán destinando, pues, ingentes recursos en la construcción de trochas, carreteras y puentes hacia los “centros de producción agrícola” que van apareciendo por doquier en toda la región.

El señor Villanueva debería tomar muy en cuenta lo que sostienen sus funcionarios, quienes reconocen que en todo el departamento existen muchos caseríos con similares características que Nuevo Progreso. El señor Villanueva, debería considerar, también, que en nuestra región se pierden anualmente unas 17 mil hectáreas de bosques, tal como señala el Ministerio del Ambiente. 
¿Acaso el afán de ganar adeptos o simpatizantes políticos debe estar por encima de los intereses y derechos de la mayoría de sanmartinenses?

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