BOSQUE
DE PROTECCIÓN ALTO MAYO
(Ensayo)
(Ensayo)
Por: Ludwig Cárdenas Silva
El Bosque de Protección Alto Mayo
– BPAM, se ubica al norte de la región San Martín. Comprende las provincias de
Rioja y Moyobamba, cubriendo un espacio de 182 mil hectáreas, según la Resolución Suprema Nº 0293 – 87 –
AG/DGFF, del 23 de julio de 1987.
Esta área natural protegida fue
reconocida para cumplir los siguientes objetivos: a) Proteger las cuencas
hidrográficas, fuente de abastecimiento de agua para consumo humano, agrícola,
e industrial; b) Proteger la vida silvestre, en especial especies en situación
vulnerable o en vías de extinción; c) Proteger la vegetación boscosa para
conservar los suelos y así proteger la estructura vial, los centros poblados y
tierras agrícolas contra los efectos destructivos de la erosión hídrica,
torrentes e inundaciones; d) Proteger los valores escénicos o paisajísticos
para promover el turismo, la recreación y educación; e) Proteger los valores de
carácter científico para la investigación.
Entre sus potencialidades se
puede destacar la gran riqueza en recursos hídricos, biodiversidad y atractivos
turísticos. Todos los ríos que nacen en el BPAM abastecen de agua a las
poblaciones y terrenos agrícolas del valle Alto Mayo. En biodiversidad, se destaca
la gran variedad de orquídeas, bromelias, mamíferos y aves endémicas. Según el
Servicio Nacional de Áreas naturales Protegidas, desde hace unos meses, el Alto
Mayo, fue reconocido como primer
destino de birdwatching al batir el récord mundial en avistamiento de aves. En
atractivos turísticos, es una zona privilegiada donde podemos encontrar
vertientes de ríos, cascadas, cavernas, bosques de neblina y singulares
paisajes naturales, propios de selva alta. No obstante estás bondades, la
situación de esta área natural protegida se torna cada vez más crítica y
preocupante.
Entre los principales problemas
del BPAM figuran la invasión y deforestación ocasionada por miles de
agricultores migrantes que siguen afincándose ilegalmente en su interior, así
como en su zona de amortiguamiento, desde hace décadas.
El bajo índice de desarrollo
humano en las zonas rurales de los departamentos de la sierra norte ocasiona
que sus pobladores migren a otras regiones del país, principalmente hacia la
selva. Debido a las facilidades que brinda la Carretera Fernando Belaúnde
Terry, estas oleadas migratorias se orientan mayormente hacia la parte norte
del departamento de San Martín. Llegan a este departamento desconociendo las
características de sus suelos y con técnicas de cultivo arcaicas, basadas en la
tala, rozo y quema de bosques. Muchos de ellos combinan sus actividades
agrícolas con ganadería, incluso dentro de las áreas naturales protegidas. Una
de las actividades más destructivas que se puedan dar al interior de éstas.
El caso de Cajamarca es
paradójico, pues la mayor parte de los migrantes que llegan a San Martín son
oriundos de este departamento, donde, no obstante el elevado presupuesto que
manejan del FONCOMUN y del canon minero, la situación es muy crítica en sus zonas
rurales, lo que obliga a que sus pobladores migren en busca de mejores
oportunidades.
En la última década autoridades
amazonenses motivados por un afán politiquero vienen promoviendo la
construcción de carreteras y trochas carrozables orientadas a los nuevos
“centros de producción”, sin diferenciar si éstos se ubican dentro de alguna
área natural protegida, tal es el caso de la trocha carrozable que enlaza el
centro poblado Naciente del Río Negro (San Martín) con el distrito de Vista
Alegre (Amazonas), el mismo que atraviesa el BPAM. Esta trocha fue construida
hace unos años ante la mirada complaciente de las autoridades regionales y
municipales de San Martín. La oficina encargada de la administración de esta
área natural protegida y su comité de gestión nada pudieron hacer para evitar
que culmine.
Otra obra que está avanzando, en
la parte sur del BPAM, es la carretera que enlazará Soritor con Rodríguez de
Mendoza. En esta vía, que está en construcción, miles de agricultores migrantes
ya se afincaron en ambas márgenes de su trazo. Con el transcurrir de los años
podrían incursionar en la misma área natural protegida, afectando
principalmente a las microcuencas de este sector.
Una tercera carretera que vienen
promoviendo las autoridades del departamento de Amazonas, se inicia en el
distrito de Yambrasbamba, la cual se orienta a la parte norte del BPAM, donde
existen varios asentamientos humanos ilegales y grandes extensiones de cultivo
de café. Está obra está temporalmente paralizada, pero ante la presión social
es muy probable que los politiqueros promuevan su culminación, como ya se vio
en otros casos. Actualmente muchas cabeceras de ríos y quebradas vienen siendo
afectadas por la deforestación en esta zona.
A diferencia de cómo se
presentaba la situación hace poco más de cuatro décadas, cuando se inauguró la
Carretera Marginal de la Selva, ahora existen en el país y a nivel de San
Martín leyes ambientales, ordenanzas regionales y diversas herramientas de
gestión ambiental (planes maestros, zonificaciones ecológicas económicas,
planes de ordenamiento territorial, entre otros más que tienen carácter
vinculante), los cuales fueron elaborados para propiciar un desarrollo
sostenible; por tanto, resulta inconcebible que la crisis del BPAM continúe
invariable. No se justifica, bajo ningún término, que se siga invadiendo y
deforestando las áreas naturales protegidas de San Martín.
Si bien es cierto que resulta
importante la interconexión de los pueblos, las carreteras y trochas
carrozables deben construirse contemplando el desarrollo sostenible de las
poblaciones, sin afectar las áreas naturales protegidas, principalmente las
cabeceras de cuencas y sub cuencas.
Ante tantas inconsistencias que
se vienen presentando en nuestro territorio departamental, principalmente en
nuestras áreas naturales protegidas, es urgente que se tomen ciertas acciones,
tanto a nivel interno como a nivel externo.
A nivel interno, es fundamental que se
establezca un sistema de control migratorio. Con esta medida se evitará la
ocupación desordenada e ilegal de las zonas que deben permanecer intangibles a
lo largo y ancho de San Martín. Es fundamental orientar a los migrantes que
llegan diariamente para que se ubiquen en zonas adecuadas según la actividad
que tienen proyectado desarrollar, para esto es preciso que se lleven a la
práctica las recomendaciones existentes en los diferentes estudios y planes
citados anteriormente.
Es primordial que las
municipalidades distritales que colindan con nuestras áreas naturales
protegidas, respeten y hagan respetar las leyes ambientales. Es necesario que
antes de promover obras de infraestructura, principalmente carreteras y trochas
carrozables, consulten con el sector respectivo para saber si es factible o no
su ejecución. La coordinación interinstitucional es vital para evitar
conflictos ambientales y sociales, que en los últimos años se están presentando
frecuentemente en el Alto Mayo. Las municipalidades y demás instituciones que
cuentan con estas herramientas de gestión deben socializarlas en todo su ámbito
territorial para que puedan ser acatadas estrictamente.
De igual manera, es necesario
incrementar el número de fiscales ambientales para que puedan atender con
celeridad las denuncias por invasión y deforestación; así como por tráfico de
madera que se presentan en nuestras áreas naturales protegidas y sus zonas de
amortiguamiento.
En lo que concierne al sector
educación, sería importante que se inserte en la currícula, tanto a nivel
primario como secundario, un curso donde se dé a conocer nuestra realidad
territorial y ambiental. Es esencial que los estudiantes conozcan las
características e importancia de los ecosistemas y áreas naturales protegidas
de nuestro departamento. Si queremos un desarrollo realmente sostenible debemos
poner énfasis en la educación ambiental de nuestros estudiantes y población en
general.
A nivel externo, es prioritaria la coordinación
entre autoridades regionales y municipales. Las obras de infraestructura
mencionadas anteriormente son una clara muestra que hasta ahora prima la
descoordinación. Es urgente que las autoridades regionales trabajen
articuladamente, para evitar que sus pobladores migren o en todo caso no lo
hagan desordenadamente y se establezcan en lugares adecuados para su actividad
productiva. Lo que ocurra en cada uno de los departamentos de esta parte del
país repercutirá en los demás, pues los ecosistemas no distinguen límites ni
fronteras. Las leyes ambientales y las herramientas de gestión ambiental deben
estar contempladas prioritariamente antes de que se promueva o ejecute
cualquier obra de infraestructura.
Otro aspecto que es importante
contemplar a nivel externo es el hecho de revertir la visión que se tiene de la
Amazonía. Es oportuno y necesario que se reoriente, eduque y siembre conciencia
en otras regiones, en el sentido que se debe anular esa falsa creencia que
nuestra región es la gran despensa del futuro de nuestro país y que sus
recursos se pueden explotar de cualquier manera. La Amazonía es un territorio
frágil, que puede perder sus potencialidades si no es aprovechada
adecuadamente. Los ecosistemas amazónicos son los más frágiles a nivel de todas
las regiones del país.
Ante todo lo mencionado, es
necesaria también la participación de la cooperación internacional, quienes
podrían interceder y reforzar las acciones que deben emprender las
instituciones representativas de los departamentos involucrados en cuanto se
refiere a la gestión ambiental integral de esta parte del país.
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