PLANIFICACIÓN TERRITORIAL SOSTENIBLE: ABORDANDO LOS DESAFÍOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA AMAZONÍA
La Amazonía peruana, conocida por su
biodiversidad única y extensos recursos hídricos, así como por sus vastas
extensiones de selva tropical, ha experimentado variaciones climáticas extremas
en los últimos años. Los termómetros han superado los 40º centígrados en muchas
ciudades, sumiendo a la región
en un calor abrumador. Sin embargo, ahora se acerca
la temporada de lluvias, caracterizada por desbordes de ríos, inundaciones en
poblaciones y tierras de cultivo, así como derrumbes y huaycos que afectan
principalmente a las infraestructuras viales.
Estos
extremos climáticos, que oscilan entre sequías intensas y crecidas considerables
de los ríos y quebradas, adquieren una dimensión más crítica debido al cambio
climático global. La deforestación en la Amazonía es una de las principales
causas que agravan esta crisis climática. Es imperativo que las autoridades
tomen conciencia de que ningún rincón del planeta está exento de las
consecuencias del cambio climático y reconozcan esta situación.
La
deforestación en la Amazonía no solo amenaza la rica biodiversidad de la
región, sino que también contribuye directamente a la intensificación de
eventos climáticos extremos. La pérdida de cobertura vegetal afecta el
equilibrio climático, lo cual exacerba la frecuencia e intensidad de sequías y
crecidas fluviales. Este fenómeno genera perjuicios económicos, sociales y
ambientales, afectando tanto a las comunidades locales como al entorno natural.
En
este escenario crítico, la Zonificación Ecológica y Económica (ZEE) emerge como
una herramienta estratégica para la planificación territorial sostenible. Este
estudio proporciona información detallada sobre las características ecológicas
y económicas de la región, permitiendo así la identificación de áreas propicias
para la conservación, el desarrollo urbano, la agricultura sostenible y otras
actividades. No obstante, la ZEE debe ir de la mano con un Plan de Ordenamiento
Territorial (POT) que considere específicamente los desafíos del cambio
climático.
El
Plan de Ordenamiento Territorial debe incorporar directrices claras para
abordar los extremos climáticos, preservar áreas críticas y fomentar prácticas
sostenibles. Esto incluye la zonificación, análisis de riesgos de desastres, así
como medidas concretas para mitigar y adaptarse al cambio climático. La
participación ciudadana es esencial para asegurar que las decisiones
territoriales reflejen las necesidades y preocupaciones de las comunidades
locales.
Cabe
señalar que, en el departamento de San Martín, algunas provincias, como
Moyobamba, San Martín y Picota, ya cuentan con su Plan de Ordenamiento
Territorial. Sin embargo, este instrumento de gestión, así como otros planes,
no se está implementando en la práctica.
En
el contexto de la crisis climática mundial, resulta alentador observar que
muchos países, especialmente los desarrollados, han adoptado medidas radicales
para neutralizar los efectos del cambio climático. En este sentido, Perú ha
firmado acuerdos y pactos con el propósito de abordar esta problemática mundial,
reconociendo la importancia de contribuir a soluciones a escala internacional.
La
Amazonía peruana se encuentra en una encrucijada crucial. La planificación
territorial sostenible, respaldada por la ZEE y el POT, emerge como una
respuesta vital para mitigar los efectos del cambio climático y garantizar un
futuro equitativo y sostenible para las generaciones venideras.
Urge que, sobre la base de la zonificación ecológica económica, se elaboren planes de ordenamiento territorial en todas las provincias de San Martín y en la Amazonía en general; sobre todo, que se implementen. Esto como una estrategia efectiva basada en la ciencia y la participación ciudadana.
Río Tónchima, en el valle Alto Mayo, desbordándose e inundando las tierras de cultivo.
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