30 ene 2012

Agua sí, deforestación no

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva
¡AGUA SÍ, DEFORESTACIÓN NO!
18/12/2011
¡Viva la justa lucha de los cajamarquinos!, ¡Viva la lucha por el agua y la vida!, ¡Agua sí, oro no! Son los slogans más emblemáticos que emplean los cajamarquinos en su justa lucha contra la actividad minera irresponsable, que por muchos años se ha venido desarrollando en dicho departamento y en otros más de nuestro maltratado e incomprendido país.
Mientras en Cajamarca los campesinos y sus autoridades luchan por hacer prevalecer su derecho a conservar sus fuentes de agua y ecosistemas, en el departamento de San Martín, las autoridades y gran parte de la población aún permanecen indiferentes ante la deforestación incontrolable que se viene produciendo. En San Martín no son las transnacionales mineras que amenazan con dejarnos sin agua, sino que, paradójicamente, son los agricultores migrantes, oriundos, mayormente, de la sierra norte del país, que día a día se posesionan de grandes extensiones de bosques para convertirlas en eventuales “zonas de producción“. Naturalmente, este hecho se da sin criterio técnico, toda vez que ante la falta de terrenos disponibles en el valle, estos agricultores se están ubicando en áreas naturales protegidas y hasta en las mismas cabeceras de ríos y quebradas, que son fuentes de abastecimiento de agua a poblaciones y tierras de cultivo de las partes bajas, donde se ubican la mayoría de ciudades.
A diferencia de lo que ocurre en Cajamarca, en nuestra región, esta situación irregular y lamentable se viene dando desde la apertura de la Carretera Marginal de la Selva, hace más de tres décadas, sin que ninguna autoridad tenga la voluntad política para tratar esta situación con claridad, responsabilidad y contundencia. Las autoridades y funcionarios sanmartinenses siguen mirando con indiferencia y pasividad como se incrementa la deforestación, y con ello, también, la temperatura y el desabastecimiento de agua.
San Martín, probablemente, es el primer departamento en tener sus instrumentos de gestión ambiental elaborados; pero también es el número uno en desconocerlos. No en vano figuramos entre los primeros en deforestación a nivel nacional. La Zonificación Ecológica-Económica y el Plan Forestal Regional son sólo un saludo a la bandera. Se espera que el Plan de Ordenamiento Territorial del Alto Mayo, en proceso de validación, no tenga el mismo destino.
Muchas autoridades, con el cuento de poseer un elevado sentido social, más bien confabulan para que los invasores de nuestras áreas naturales protegidas sigan afincándose y disfrutando la “atención” del Estado, ya sea con trochas carrozables, puentes, escuelas y postas médicas; cuando en realidad lo que deberían hacer es poner en práctica las normas ambientales y los diversos planes e instrumentos de gestión ambiental que ellos mismos elaboraron. Pero, ¿qué se puede esperar de autoridades que en época de campaña política ofrecieron el oro y el moro incluso a los invasores? Para estos politiqueros lo que más interesa son los votos, no importa si para ello tengan que endosar nuestros bosques de protección.
El problema de la deforestación y de la consecuente disminución del caudal de nuestras fuentes de agua no tiene que ser tratado únicamente desde un enfoque interno; debería contemplarse, también, desde un ángulo externo; toda vez que este problema tiene sus raíces en la situación precaria en que viven los agricultores y ganaderos de la sierra norte (principalmente en Cajamarca y Amazonas), quienes al no contar con la debida atención de sus autoridades se ven obligados a migrar a otras regiones en busca de mejores oportunidades, y qué mejor que venir a San Martin, tierra de nadie, donde los terrenos cuestan muy poco o a veces nada; pues, el migrante al notar la limitada presencia del Estado, se posesiona de tierras donde mejor le parece. En medio de éstos, se encuentran camuflados los traficantes de madera y de tierra, que siguen deforestando grandes extensiones de bosque para luego ofertarlo, sin ningún reparo, en nuestra Sierra norte.
Tanto la Zonificación Ecológica-Económica, elaborada hace algunos años, como el Plan de Ordenamiento Territorial del Alto Mayo, no tendrán el efecto que se espera si es que sigue persistiendo la indiferencia y apatía de nuestros gobernantes; mucho más si se pretende desarrollarlos con un enfoque localista. Es momento oportuno de considerar que la crisis ambiental de San Martín sólo podrá superarse si es que se la afronta coordinadamente con otros departamentos (Cajamarca y Amazonas, principalmente). Tienen que manejarse estrategias conjuntas para que los agricultores de dichas zonas no se vean en la necesidad de migrar a la Selva.
Sin ánimos discriminatorios, es oportuno afirmar que San Martin no tiene porqué pagar los platos rotos de lo que ocurre en otras regiones. La manera como la mayoría de agricultores migrantes vienen desarrollando sus actividades en nuestro departamento no solo está poniendo en riesgo el derecho a vivir en un ambiente saludable y equilibrado, sino que puede llevarnos a una situación tal que en pocos años estaríamos imposibilitados de continuar avanzando en nuestro desarrollo socio - económico.
Sobre la situación de los migrantes, existen muchos argumentos que manejan absurdamente ciertas autoridades regionales y municipales sanmartinenses, el principal es aducir que “toda persona tiene derecho a trabajar y a ganarse la vida”. Con este argumento están optando por lo más fácil; pues, les resulta más cómodo hacerse la vista gorda a tener que afrontar la problemática con seriedad y responsabilidad.
Sugerir que se tiene que poner orden en nuestro departamento no implica ser egoístas o mezquinos, sino que simplemente se tiene que hacer cumplir ciertas reglas y normas para garantizar nuestro desarrollo sostenible. Nadie niega el derecho a trabajar de los agricultores y ganaderos, que en su mayoría vienen de la sierra; pero ellos deben entender que existen ciertas zonas que deben permanecer intangibles, que no deben intervenirse, principalmente las cabeceras de microcuencas y las áreas naturales protegidas. Es en este aspecto donde están fallando nuestras autoridades y funcionarios, que por negligencia, apatía o incapacidad no están cumpliendo sus funciones como debería ser.
En el caso del Alto Mayo la mayor parte de agricultores desarrollan sus actividades en el valle, y dependen del agua que nace en las montañas, es decir, en las partes altas donde se ubican nuestras áreas naturales protegidas. No podemos dejar que en aras de un desarrollo mal entendido sigamos permitiendo la ocupación desordenada de nuestro territorio; no podemos seguir consintiendo que grandes extensiones de bosques protegidos sigan depredándose con el argumento absurdo que “no se puede negar a nadie la posibilidad de contar con un trabajo digno”. A ese paso los que tendremos que migrar más adelante en busca de una vida digna, por falta de agua, seremos nosotros; los que vivimos en los pueblos y ciudades legalmente establecidos.
Por todo lo mencionado, es momento oportuno para que los sanmartinenses digamos unánimemente: ¡Agua sí, deforestación no!    

Áreas naturales protegidas


Ludwig H. Cárdenas Silva

ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS DEL ALTO MAYO EN
SERIO PROCESO DE DESTRUCCIÓN

17/08/2011.

El valle del Alto Mayo, ubicado al norte del departamento de San Martín (6 307,35 Km2) está conformado por las provincias de Rioja y Moyobamba. Este singular paraje se constituye en el refugio natural más preciado de la Selva Alta peruana. Sus paisajes, biodiversidad y clima le convierten en uno de los lugares con mayor potencial para el desarrollo del ecoturismo.

Sobre la superficie de Rioja y Moyobamba se extiende el majestuoso Bosque de Protección Alto Mayo (182,000 Ha.), área natural protegida, administrada por el SERNANP, donde se ubican las vertientes de los principales ríos que alimentan a las poblaciones, tierras de cultivo y humedales del norte sanmartinense. Asimismo, en esta área se encuentran muchas especies endémicas de flora y fauna, entre las cuales se pueden destacar: Orquídea kovachii (Phragmipedium kovachii), mono choro de cola amarilla (Oreonax flavicauda), tocón andino (Callicebus oenanthe), colibrí maravilloso o cola de espátula (Loddigesia mirabilis), lechucita enana o bigotona (Xenoglaux loweryi), gallito de las rocas (rupicola peruviana), entre otras especies que cada vez se encuentran más amenazadas debido a la irracional, brutal y avasalladora deforestación que viene produciéndose en nuestra región.
En el Alto Mayo, también, se encuentran importantes áreas de conservación municipal o zonas de protección y conservación ecológicas, las cuales persiguen los mismos objetivos de creación que las áreas naturales protegidas administradas por el Ministerio del Ambiente, a través del SERNANP. En estas zonas se viene produciendo, desde hace muchos años, el mismo fenómeno que en el bosque de protección Alto Mayo. La tala, rozo y quema de sus bosques con fines agrícolas se produce ante la vista y paciencia de autoridades y funcionarios que sólo se acuerdan del tema ambiental en sus discursos y reuniones.
El Alto Mayo, debido a sus riquezas naturales, fue reconocida como una de las "Siete maravillas del Perú”. Un reconocimiento que lo distingue no sólo a nivel nacional sino internacionalmente; sin embargo, poco o nada se viene haciendo por conservar esta condición privilegiada.
Es lamentable y denigrante reconocer que la destrucción de las riquezas naturales del Alto Mayo no sólo es originada por los agricultores migrantes, traficantes de tierra o de madera, sino, también, por las mismas autoridades, quienes en aras de un desarrollo mal entendido y con afanes “políticos” están promoviendo obras de infraestructura (trochas carrozables, canales de riego, trasvases, puentes, entre otros) que están contribuyendo a la destrucción de singulares y preciados ecosistemas, fundamentalmente de las que se encuentran en las áreas naturales protegidas. Está a la vista el daño que están causando al bosque de protección Alto Mayo, así como, a las zonas de protección y conservación ecológica: “Mishquiyacu-Rumiyacu-Almendra” y “Humedal del Alto Mayo” (en los sectores: Tingana, Santa Elena y Lloros). La inoperancia de nuestras instituciones responsables de velar por la conservación y protección de estas zonas cada vez se hace más evidente y palpable.
Si bien es cierto que el cuidado de nuestro entorno natural es un deber de todos, también, es cierto que en unos más que en otros recae esta responsabilidad. Los burócratas, que abundan en las municipalidades y en el gobierno regional deberían justificar  los jugosos sueldos que perciben.
Frente a la crisis ambiental que está atravesando el Alto Mayo y la región en general, sólo queda que la sociedad civil se organice y participe activamente en las labores de recuperación, conservación y protección de nuestro entorno natural; pero, también, debe exigir que sus “representantes”, recientemente elegidos y re-elegidos, dejen la politiquería a un lado y gobiernen contemplando las leyes ambientales nacionales y sus propias ordenanzas regionales y municipales; caso contrario pronto dejaremos de ser uno de los rincones más exuberantes y paradisíacos de nuestra Amazonía.

29 ene 2012

Río Negro: Pieza clave

Ludwig H. Cárdenas Silva

RÍO NEGRO
Pieza clave para el desarrollo del Alto Mayo

17/05/2010

El 25 de marzo de 2008 se dieron a conocer las Siete Maravillas del Perú, concurso organizado por el diario El Comercio, para seleccionar, por voto popular, los atractivos turísticos más importantes del país. Quedaron elegidos: Baños del Inca, Valle del Alto Mayo, Bosque de Piedras de Huayllay, Gran Pajatén, Kuélap, Los Frailones y Valle del Colca. No se consideró a Machu Picchu porque ya había sido electa como una de las maravillas del mundo. Este resultado, naturalmente, llenó de emoción, alegría y satisfacción no sólo a quienes tenemos el privilegio de vivir en este singular y exuberante valle, sino a todos los sanmartinenses.

Las razones para haber sido considerados dentro del selecto grupo de “Maravillas del Perú” están centradas en nuestra riqueza natural: paisajes, clima, ríos, lagunas, cascadas, aguas termales, cavernas y una biodiversidad con muchas especies endémicas; las cuales se concentran, todavía, en nuestras áreas naturales protegidas. A todo esto se suma, obviamente, la gran riqueza folklórica de sus poblaciones. Sin embargo, después de dos años de figurar como maravilla del Perú, poco o nada se está haciendo para lograr que el Alto Mayo conserve sus atractivos naturales y mucho menos para que figure como un importante destino turístico a nivel nacional e internacional. Las autoridades siguen en lo mismo: centrados en promover obras de infraestructura, muchas veces sin previo Estudio de Impacto Ambiental y sin considerar la Zonificación Ecológica-Económica. Las pocas autoridades que se interesan en el turismo vienen trabajando aisladamente y sin tener un lineamiento que permita orientar las actividades que lleven a implementar circuitos turísticos integrales, así como a crear las condiciones favorables para brindar un adecuado servicio al turista. “Gobiernan”, pues, sin tener estrategias claras y definidas para conservar y proteger ese enorme potencial natural y cultural que nos distingue de otras latitudes del país.

Actualmente, nuestras áreas naturales protegidas vienen atravesando una seria crisis, debido, principalmente, a la deforestación originada por agricultores migrantes, ganaderos, madereros ilegales, traficantes de tierra y extractores informales de agregados (piedras y arena) para la construcción. Muestra de estos hechos condenables se pueden evidenciar en la misma naciente del río Negro, sin que ninguna autoridad diga o haga algo al respecto. Cabe destacar que este río no sólo es un importante atractivo turístico, sino también que, desde esta zona, se captará agua para el abastecimiento de la población riojana. Actualmente, el distrito de Yuracyacu lo viene haciendo.

Es preciso señalar, además, que el río Negro, discurre por medio de la Zona de Protección y Conservación Ecológica "Humedal del Alto Mayo", contribuyendo, de esta manera, a la existencia de su singular biodiversidad, donde habitan muchas especies endémicas. 

Es evidente, pues, que los servicios ambientales que nos brinda el río Negro son claves para el desarrollo del Alto Mayo; sin embargo, es lamentable constatar la indiferencia que siguen mostrando nuestras “autoridades”, quienes deberían adoptar urgentemente medidas contundentes para conservar y proteger esta microcuenca. Desde esta columna, queremos sugerir, modestamente, algunas actividades que se podrían adoptar: Declarar zona intangible y de interés comunal  la naciente del río Negro, elaborar un Plan de Manejo de Microcuenca, desde el poblado “Consuelo” hasta la desembocadura del río Negro en el Mayo, y establecer mecanismos de conservación y protección, donde participen las municipalidades de Rioja, Elías Soplín Vargas y Yuracyacu; así como, SEDAPAR y la Oficina del Bosque de Protección Alto Mayo. Caso contrario, esta importante fuente de agua correrá la misma suerte de Cuchachi y Uquihua. 

Alto Mayo: Maravilla del Perú

Ludwig Cárdenas Silva

ALTO MAYO: MARAVILLA DEL PERÚ
¿HASTA CUÁNDO?
06/09/2011

Desde marzo de 2008, el Alto Mayo figura como una de las "Siete maravillas del Perú", hecho que llena de orgullo y satisfacción a quienes tenemos la dicha de vivir en este singular y, todavía, exuberante valle del departamento de San Martín.

Transcurrieron tres años de tan meritorio reconocimiento y, aún, son grandes las expectativas que tienen los habitantes de los 15 distritos que conforman el Alto Mayo, fundamentalmente en torno al ansiado desarrollo turístico, de lo cual, desde hace décadas, se viene hablando mucho y haciendo poco.

Las razones para figurar entre las "Siete maravillas del Perú" están centradas en nuestras riquezas naturales, como son los paisajes conformados por ríos, lagunas, cascadas, aguas termales, cavernas; así como, por una flora y fauna con muchas especies endémicas, que todavía se concentran en nuestras áreas naturales protegidas. A todo esto se suma la gran riqueza folklórica que se conserva y expone en cada uno de nuestros distritos. Sin embargo, poco o nada se está haciendo para lograr que el Alto Mayo figure como un importante destino turístico, por lo menos a nivel nacional. Las autoridades siguen en lo mismo: trabajando descoordinadamente y sin tener un lineamiento claro que permita ejecutar proyectos conjuntos. En vez de esto, ciertos politiqueros retrógrados, motivados por un chauvinismo añejo, vienen proponiendo la ejecución de obras monumentales que no se justifican, generando así el enfrentamiento y el malestar entre pobladores que aspiran trabajar unidos y concertadamente.

Existen ciertas autoridades regionales que continúan con el hábito de fomentar la confrontación, en vez de centrarse en crear las condiciones para que sigamos siendo reconocidos como “Maravilla del Perú”. En el Alto Mayo tenemos muchos problemas que se tienen que afrontar conjuntamente. Es lamentable ver como a diario se invaden y destruyen nuestras áreas naturales protegidas, donde se encuentran nuestros recursos turísticos; así como, las vertientes de ríos y quebradas que abastecen de agua a las poblaciones y tierras de cultivo. Es lamentable apreciar cómo la mayoría de nuestros distritos adolecen, todavía, de agua potable, desagüe y energía eléctrica; así como de un sistema integral de manejo de residuos sólidos. ¿Puede existir un verdadero desarrollo sin inclusión social y sin un manejo adecuado de nuestros recursos naturales?

En las actuales circunstancias, cabe preguntarnos ¿Hasta cuándo los altomayonenses seguiremos arrastrando las consecuencias negativas de viejos antagonismos? ¿Qué más tiene que ocurrir para que nuestras autoridades entiendan, de una vez por todas, que la integración implica también un alto grado de desprendimiento y de una visión conjunta?

Definitivamente, en el Alto Mayo, no queda otra alternativa que trabajar concertada y articuladamente, con una visión integral. Es hora de dejar hábitos mezquinos y trabajar unidos, con lineamientos claros, en vías de un crecimiento integral y sostenible.

28 ene 2012

Gestión de los recursos hídricos

Ludwig H. Cárdenas Silva


EN SAN MARTÍN:
GESTIÓN DE LOS RECURSOS HÍDRICOS EN SU PEOR CRISIS.

07/12/2009

Tras la apertura de la carretera Marginal de la Selva, San Martín ha venido recibiendo una afluencia masiva y desordenada de agricultores migrantes provenientes, en su mayoría, de las zonas rurales de la sierra y costa norte del  país,  quienes  llegaron  a  nuestra  región  con  la  aspiración  de  encontrar  tierras  aptas  y disponibles  para dedicarse, principalmente, a la agricultura y ganadería, y así labrarse un porvenir más promisorio que en su lugar de origen.

Después de más de 30 años de integración” - por vía terrestre - con la sierra y la costa, la ocupación del territorio sanmartinense sigue dándose sin ningún criterio de sostenibilidad. Los migrantes, ante la falta de conocimiento y orientación, se ubicaron y continúan ubicándose donde mejor les parece, desconociendo la vocación o aptitud de las tierras y empleando técnicas de cultivo inadecuadas para nuestra realidad amazónica. Resultado de estos hechos es que la problemática ambiental se torna cada vez más crítica en San Marn. Desde Rioja (en la parte norte) hasta Tocache (en la parte sur) la deforestación  (bajo la modalidad  de tala, rozo y quema) con fines agrícolas, pecuarios y forestales sigue imparable e incontrolable; hecho que, actualmente, convierte a nuestro departamento en el más deforestado del país.

Según el INEI, en 1972 la población de San Martín era de 224,427 habitantes, en 1981 ascendió a 319,751, y actualmente llega a 728,808. Algunos especialistas sostienen que este crecimiento poblacional ha significado, hasta fines de la década del 80, un aporte al desarrollo socio-económico de San Martín; pero, después de que los migrantes coparon las tierras de vocación agrícola y pecuaria, empieza a surgir nuestra problemática ambiental, pues, éstos se orientaron hacia las zonas que deben permanecer intangibles, es decir, hacia las áreas naturales protegidas donde se encuentran las micro-cuencas (fuentes abastecedoras de agua). Consecuencia de estos hechos deplorables es que el caudal de nuestros ríos, entre mayo y diciembre, disminuye cada vez más, originando continuos racionamientos de agua a las poblaciones e inclusive a las tierras de cultivo (ubicadas en los valles). Contrariamente, en la época de lluvias (de enero a abril) los huaycos hacen sentir su poder destructivo en nuestras carreteras, y los ríos crecen más de lo habitual produciendo continuas y devastadoras inundaciones. En ambos casos con serias consecuencias a la economía regional.

San Martín es, con seguridad, uno de los departamentos más estudiados del país. Cuenta con una diversidad de instrumentos de gestión ambiental que, de implementarse, propiciarían un desarrollo socio- económico en armonía con la conservación de nuestro patrimonio natural. Entre estos planes o instrumentos de gestión podemos destacar la Zonificación Ecológica - Económica (validada en el 2006) y el Plan de Ordenamiento Territorial que ya se elaboró en algunas provincias y distritos, y continúa elaborándose en otras más (como es el caso de Rioja y Moyobamba). Estos dos instrumentos de gestn, constituyen las herramientas principales para evitar que nuestra región siga siendo devastada. Sin embargo, las evidencias demuestran que la ejecución de estos planes, al igual que otros de carácter ambiental, no son prioritarios para nuestras autoridades regionales, provinciales y distritales. El crecimiento desordenado de nuestros pueblos y la práctica de actividades productivas insostenibles se impone a las insuficientes e ineficaces medidas que nuestros representantes adoptan tímidamente.

Definitivamente, no existe voluntad política para poner en práctica los diversos instrumentos de gestión ambiental existentes, los cuales sólo están de adorno en los escritorios o andamios del gobierno regional y de las municipalidades. ¿Acaso la Zonificación Ecológica- Económica (ZEE) como el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) no persiguen como objetivo principal el uso adecuado de nuestros recursos naturales? ¿Acaso la ZEE y el POT no se orientan a ordenar las actividades que se desarrollan en nuestro territorio? ¿Q más  tiene que pasar para que nuestras autoridades reaccionen y adopten medidas favorables para las presentes y futuras generaciones?


Tal como se presentan las cosas, no es aventurado inferir que de aquí a dos cadas la mayoría de pueblos sanmartinenses sufrirán una severa escasez de agua que hasta podría obligar a sus pobladores a migrar a otros lugares. Tampoco es aventurado deducir que la falta de conciencia ambiental, la negligencia y el oportunismo de nuestras autoridades (de promover obras que impacten al momento) están contribuyendo a agravar esta crisis, que inevitablemente repercutirá más al de nuestras fronteras regionales. Todo indica que a ninguno de nuestros “poticos” el tema ambiental le parece rentable, porque es un asunto de mediano y largo plazo que no ayuda a ganar votos al corto plazo.

Tengamos en cuenta que nuestra región es parte de un ecosistema global y como tal todo lo que nos afecte directamente repercutirá también en otras latitudes. Nuestros “representantes deben contemplar que el origen de la crisis no hay que rastrearlo en la propia naturaleza, sino en la gestión de nuestros recursos naturales, entre ellos de los recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos inadecuados.

Tenemos que entender, de una vez por todas, que la falta de acceso al agua en cantidad y calidad adecuada limita nuestra capacidad de producir alimentos y de obtener ingresos suficientes. Limita nuestra capacidad de crear industrias, de promover el turismo, la agricultura, la ganadea y de producir energía. En otras palabras, de crecer sosteniblemente.

Trabajo conjunto entre regiones