15 nov 2024

ENTRE SEQUÍAS DEVASTADORAS E INUNDACIONES INCONTENIBLES

SAN MARTÍN EN CRISIS: ENTRE SEQUÍAS DEVASTADORAS E INUNDACIONES INCONTENIBLES

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

Las inundaciones que afectan diversas ciudades del departamento de San Martín, así como otras zonas de nuestra Amazonía, son un recordatorio claro de la creciente vulnerabilidad de la región frente al cambio climático y de la ineficacia de las autoridades locales y regionales para enfrentarlo.

Los fenómenos como sequías e incendios forestales han dado paso a lluvias torrenciales y crecidas de ríos, poniendo en evidencia la alarmante ausencia de planes de contingencia y una pésima gestión sostenible de los recursos naturales.

El cambio climático, caracterizado por un aumento de fenómenos extremos, ha alterado significativamente los ciclos naturales en San Martín. Los largos períodos de estiaje reducen el caudal de los ríos a niveles mínimos y el calor reseca el paisaje, facilitando incendios forestales que arrasan extensas áreas de bosque. Estas condiciones extremas suelen dar paso a lluvias torrenciales que desbordan los ríos, ocasionando inundaciones graves y deslizamientos de tierra (huaycos). Estas precipitaciones devastadoras destruyen viviendas, carreteras y tierras agrícolas, exacerbando la vulnerabilidad de la región. Frente a estas situaciones, las autoridades se limitan a entregar víveres y frazadas a los damnificados, sin abordar el problema con una visión más profunda.

Esta variabilidad climática no es un fenómeno aislado. La Amazonía, como parte del ecosistema global, manifiesta y exacerba los efectos del calentamiento global. Las acciones que no se tomen para proteger y conservar este ecosistema tendrán repercusiones negativas, no solo en la región, sino también en el equilibrio ambiental del planeta.

La falta de gestión ambiental efectiva en San Martín y en toda nuestra Amazonía es evidente. Los planes y herramientas de gestión ambiental elaborados en años anteriores permanecen olvidados en los archivos, ignorados tanto por las autoridades actuales como por sus predecesores.

Las áreas naturales protegidas, fundamentales para mantener el equilibrio hídrico y prevenir deslizamientos, están cada vez más amenazadas por la deforestación y la ocupación desordenada del territorio, ya sea en zonas urbanas o rurales.

La cobertura boscosa de estas áreas no solo captura agua de las lluvias para abastecer a las poblaciones y cultivos, sino que también estabiliza terrenos frágiles, previniendo los desastres causados por el embate constante de las precipitaciones. Sin embargo, estas áreas están siendo progresivamente invadidas por actividades agrícolas descontroladas, alentadas por la construcción de infraestructura que facilita el acceso a áreas no aptas para la agricultura.

Gran parte de los agricultores que se han establecido en San Martín provienen de otras regiones del país, con prácticas agrícolas incompatibles con la realidad amazónica. Estos pobladores, en su afán de obtener tierras cultivables, han invadido áreas frágiles y protegidas, intensificando la deforestación y alterando el ciclo hídrico regional.

El desarrollo de infraestructura rural, como carreteras y trochas, en nombre de la "productividad agrícola", a menudo termina incentivando la depredación de las áreas naturales protegidas. Este modelo de desarrollo de corto plazo, promovido por las autoridades, sacrifica la sostenibilidad ambiental en favor de resultados inmediatos que rara vez benefician a la región a largo plazo.

Frente a esta situación, resulta imperativo adoptar medidas integrales que prioricen la sostenibilidad y la gestión efectiva de los recursos naturales:

  • Fortalecer la conservación de áreas naturales protegidas: Asegurar la implementación de los planes maestros de estas zonas y penalizar las invasiones y actividades ilegales.
  • Promover prácticas agrícolas sostenibles: Educar y apoyar a los agricultores en el uso de técnicas compatibles con el ecosistema amazónico, como la agroforestería.
  • Invertir en infraestructura resiliente: Diseñar obras que respeten las vocaciones de uso del suelo y no alienten la expansión desordenada.
  • Fortalecer la gobernanza ambiental: Garantizar que los instrumentos de gestión ambiental sean aplicados y fiscalizados con rigor.
  • Fomentar la educación ambiental: Involucrar a las comunidades locales en la protección de los recursos naturales y generar conciencia sobre el impacto del cambio climático.

El cambio climático ha dejado de ser una amenaza lejana para convertirse en una realidad que afecta directamente a las comunidades de San Martín. Mientras las autoridades sigan de espaldas a esta problemática, las pérdidas económicas y ambientales seguirán aumentando. Es tiempo de actuar con visión de futuro y compromiso global, porque proteger la Amazonía es proteger el planeta.

Desborde del río Uquihua a su paso por la ciudad de Rioja.

2 oct 2024

CONCESIONES MINERAS SE OTORGAN SIN CONSULTA PREVIA

 SAN MARTÍN: COMUNIDADES SE MOVILIZAN EN CONTRA DE CONCESIONES MINERAS

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

San Martín ha sido históricamente una zona de producción agrícola y un enclave de biodiversidad. La abundancia de recursos naturales ha convertido a este departamento en uno de los más destacados en la producción de arroz, maíz, plátano, yuca, café y cacao, permitiendo que miles de familias dependan de la agricultura, la pesca y otras actividades estrechamente ligadas al ecosistema. Sin embargo, en los últimos años, San Martín ha empezado a sufrir con intensidad los efectos del cambio climático, lo que pone en peligro tanto la estabilidad ecológica como la económica de la región.

El cambio climático ya está mostrando sus efectos devastadores en toda la Amazonía, y uno de los aspectos más críticos es la disminución del caudal de los ríos. La temporada de estiaje, caracterizada por largos periodos sin lluvias, se ha vuelto más prolongada e intensa, afectando no solo a los ecosistemas acuáticos, sino también a las comunidades locales que dependen del agua para consumo y riego de cultivos. Como resultado, varias ciudades han enfrentado racionamientos de agua potable, lo que hace cada vez más difícil garantizar un suministro constante y seguro de este recurso vital.

Los cambios en los patrones de lluvia y el aumento de las temperaturas han comenzado a afectar directamente la producción agrícola. Los cultivos tradicionales están sufriendo los efectos de sequías prolongadas, lluvias intensas y erráticas, así como la falta de acceso a sistemas de riego adecuados. Esta combinación de factores ha desencadenado una crisis sin precedentes en el sector agrícola de San Martín.

Los efectos no se limitan únicamente a la cantidad y calidad de los cultivos. Los incendios forestales, una de las consecuencias más visibles del cambio climático, están aumentando en frecuencia e intensidad. El calor extremo y la falta de humedad en los bosques amazónicos crean condiciones propicias para la propagación de incendios, muchos de los cuales resultan incontrolables. Estos incendios no solo destruyen vastas áreas de bosque tropical, sino que también impactan la biodiversidad, destruyendo hábitats de especies animales y vegetales que están en situación vulnerable o en peligro de extinción.

En medio de esta crisis climática, la región enfrenta una nueva amenaza: la minería. La concesión de lotes para la minería en San Martín ha suscitado una creciente preocupación, especialmente por su impacto en los ríos y bosques, así como en las comunidades locales. El Ministerio de Energía y Minas ha otorgado más de 500 concesiones mineras en la Amazonía, principalmente para la exploración de minerales valiosos como el oro y otros metales. Aunque la explotación minera en la Amazonía peruana no es un fenómeno reciente, su expansión en departamentos como San Martín ha generado tensiones entre las empresas mineras, los agricultores y las comunidades indígenas.

Uno de los principales conflictos gira en torno a la contaminación del agua. La minería requiere el uso de productos químicos tóxicos, como el mercurio y el cianuro, que pueden filtrarse en los ríos y arroyos, contaminando las fuentes de agua. Esta contaminación no solo afecta a la vida silvestre, sino que también pone en peligro a las comunidades que dependen de estos ríos para su subsistencia. La agricultura, que ya enfrenta serios desafíos debido al cambio climático, podría verse aún más afectada por la falta de agua limpia para el riego y el consumo.

Además, las actividades mineras suelen contemplar la deforestación de grandes extensiones de bosque para acceder a los depósitos minerales. Esto resulta especialmente preocupante en un departamento como San Martín, donde el 64.60% del territorio está destinado a zonas de protección y conservación ecológica, el 20.38% son zonas de recuperación, el 14.87% son zonas de producción y el 0.15% son zonas de vocación urbana, según la Zonificación Ecológica Económica (ZEE). La eliminación de la vegetación no solo provoca la pérdida de biodiversidad, sino que también acelera la erosión del suelo, lo que perjudica a los agricultores locales al reducir la fertilidad de las tierras.

Un problema recurrente en la expansión de la minería en la Amazonía es la falta de coordinación entre el gobierno central, los gobiernos regionales, los gobiernos locales y las comunidades campesinas e indígenas. Muchas concesiones mineras se otorgan sin la consulta previa adecuada a las poblaciones que habitan las zonas afectadas. En distritos como Soritor y Tabalosos, las empresas mineras han comenzado la exploración sin consultar a los agricultores, sociedad civil y autoridades, lo que está generando fuertes protestas y demandas.

Las comunidades están particularmente preocupadas por el derecho al acceso al agua, un recurso cada vez más escaso debido al cambio climático. Los residentes temen que la actividad minera, con su alta demanda de agua y su potencial de contaminación, pueda comprometer sus fuentes de agua potable y los sistemas de riego que sustentan su agricultura.

Todo indica que las empresas mineras no están considerando las regulaciones ambientales, como la mencionada Zonificación Ecológica Económica (ZEE), ni la zonificación forestal. Los estudios que realizan las empresas suelen basarse en información satelital, lo que ignora el conocimiento local y la realidad de los ecosistemas en el terreno. Las zonas de amortiguamiento de las áreas naturales protegidas no siempre son respetadas, y las actividades exploratorias frecuentemente se superponen con territorios clave para la conservación ecológica.

En relación con esta situación, es preocupante lo que manifestó el director regional de Energía y Minas: “Nosotros no tenemos competencia directa en la mediana y gran minería. El gobernador regional, Walter Grundel Jiménez, fue enfático en la audiencia al decir que rechazamos toda intervención de exploración minera en nuestro territorio sin antes haber sido socializada con la población. Una cosa es tener el conocimiento y otra es dar el consentimiento; nosotros, como gobierno regional, no otorgamos autorizaciones”, declaró José Enrique Celis Escudero en una entrevista en Radio Tropical. Estas declaraciones sugieren que el gobierno regional tendría una capacidad limitada frente a las decisiones del gobierno central, lo cual no refleja la realidad. Cabe destacar que, a lo largo del proceso de elaboración de la Zonificación Ecológica - Económica (ZEE), el GORESAM, junto con las municipalidades provinciales y distritales, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), la Cooperación Técnica Alemana (GTZ) a través del Programa Desarrollo Rural Sostenible (PDRS), así como la sociedad civil, asumieron un liderazgo activo. Por lo tanto, la ZEE, al haber sido elaborada de manera participativa y consensuada, tiene carácter vinculante. Solo queda hacerla respetar.

Un aspecto importante a considerar es la dependencia económica de Perú de la exportación de materias primas, como los minerales, y los riesgos que esta dependencia implica a largo plazo. Aunque la minería puede generar ingresos significativos a corto plazo, es una actividad altamente destructiva para el medio ambiente y que, en muchos casos, deja pocos beneficios económicos duraderos para las comunidades locales.

Ante este panorama, surge la necesidad urgente de diversificar la economía de San Martín y de la Amazonía en general. En lugar de depender de la minería, cuyos impactos negativos sobre el medio ambiente y la agricultura son evidentes, se deberían promover alternativas más sostenibles y menos destructivas. La agricultura sostenible, el desarrollo de la agroindustria y el turismo ecológico son sectores capaces de generar empleo y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales, sin poner en riesgo los recursos naturales de la región.

El sector agrícola, por ejemplo, puede fortalecerse a través de la inversión en tecnologías de riego eficiente, la promoción de prácticas de agricultura regenerativa y el apoyo a pequeños agricultores para que adopten sistemas agroforestales que ayuden a restaurar la biodiversidad y mejorar la resiliencia de los ecosistemas. El turismo ecológico, que aprovecha la belleza natural y la rica biodiversidad de la Amazonía, tiene el potencial de generar ingresos importantes sin necesidad de degradar el medio ambiente.

La minería no puede considerarse como la única solución para el desarrollo económico de San Martín y del país. Es fundamental adoptar un enfoque más inclusivo y sostenible en la gestión de los recursos naturales, que respete la Zonificación Ecológica Económica, el Plan de Ordenamiento Territorial, y garantice la consulta previa con las comunidades locales antes de otorgar concesiones mineras. La Amazonía peruana es una de las regiones más biodiversas del planeta, y su conservación es crucial, no solo para las generaciones actuales, sino también para las futuras.

En medio de la crisis provocada por el cambio climático, el desarrollo económico debe avanzar paralelo con la conservación ambiental, y no a expensas de esta. La implementación de políticas de desarrollo sostenible, el respeto a los derechos de las comunidades locales, y la protección de los ecosistemas deben ser prioridades fundamentales para asegurar que San Martín continúe siendo un lugar donde la calidad de vida prospere, tanto para las personas como para la biodiversidad que habita en sus bosques, ríos y montañas.

La conservación de nuestros ríos y bosques es vital para poder afrontar los efectos del cambio climático.

15 sept 2024

INCENDIOS FORESTALES EN LA AMAZONÍA

LA QUEMA AGRÍCOLA: UNA AMENAZA QUE AGRAVA EL CAMBIO CLIMÁTICO Y DESTRUYE LA AMAZONÍA

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

     La Amazonía peruana, reconocida como uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta, enfrenta una amenaza sin precedentes debido a la combinación de cambio climático, deforestación e incendios forestales. Este complejo problema tiene implicaciones profundas no solo para el medio ambiente, sino también para las comunidades locales que dependen de estos recursos para su supervivencia.

La quema agrícola, una técnica utilizada por muchos agricultores, implica la quema de vegetación y maleza para preparar el terreno para nuevos cultivos. Esta acción se basa en la idea errónea de que las cenizas producidas durante el proceso fertilizan el suelo y que el humo generado puede atraer lluvias. Sin embargo, estos conceptos carecen de fundamento científico y, en realidad, resultan en la degradación del suelo, la pérdida de materia orgánica y la disminución de su capacidad de retención de agua, lo que afecta negativamente la fertilidad a largo plazo.

El impacto de la quema agrícola se extiende más allá de los terrenos agrícolas. Los incendios provocados por esta práctica se propagan con facilidad a las áreas forestales circundantes, contribuyendo significativamente a la deforestación de nuestra Amazonía. Esta región, vital para la regulación del clima global y con una biodiversidad inigualable, está perdiendo miles de hectáreas de selva cada año. La deforestación libera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) almacenado en los árboles, lo que contribuye al cambio climático y a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La pérdida de árboles también disminuye la capacidad de los bosques para absorber CO2 y regular el clima, exacerbando aún más los efectos del calentamiento global.

En el presente año, la crisis hídrica en la selva ha alcanzado niveles críticos. Los niveles de caudal de los ríos amazónicos, como el Huallaga, Ucayali, Marañón, Amazonas y muchos otros, han experimentado una disminución drástica, alcanzando niveles históricos. Esta reducción en el caudal ha tenido un impacto devastador en la navegación fluvial, un medio esencial para el transporte de bienes y víveres en muchas comunidades de la región. En muchos tramos de estos ríos, la disminución del caudal ha hecho imposible la navegación, afectando gravemente el abastecimiento de alimentos y otros suministros cruciales para las poblaciones que dependen de estos ríos para su supervivencia.

El cambio climático juega un papel crucial en esta crisis hídrica. El aumento de las temperaturas y la alteración de los patrones de lluvia han creado condiciones más secas y vulnerables al fuego, lo que intensifica la frecuencia e intensidad de los incendios forestales. Este ciclo destructivo entre deforestación, crisis hídrica y cambio climático es un desafío ambiental crítico que requiere una acción urgente y coordinada a nivel local, nacional e internacional.

En contraste con las prácticas destructivas actuales, la agricultura incaica ofrecía un modelo de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente. Los antiguos incas desarrollaron técnicas agrícolas avanzadas como los andenes y sistemas de riego que permitieron cultivar de manera eficiente sin destruir el entorno natural. Estos métodos no solo promovían la conservación del suelo y el agua, sino que también fomentaban la biodiversidad y la resiliencia del ecosistema. La sabiduría ancestral de los incas demuestra que es posible lograr una alta productividad agrícola sin comprometer la salud del medio ambiente.

Para abordar la devastación actual y mitigar la crisis hídrica, es imperativo adoptar prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las comunidades locales deben trabajar en conjunto para educar a los agricultores sobre los peligros asociados con la quema agrícola y proporcionar alternativas viables. La agroforestería, por ejemplo, combina la producción agrícola con la conservación de árboles y la restauración del suelo, ofreciendo una solución más equilibrada y sostenible. El uso de abonos orgánicos en lugar de la quema de bosques también puede mejorar la salud del suelo y reducir la necesidad de recurrir a métodos destructivos.

Además, es esencial implementar políticas efectivas para proteger los bosques amazónicos y sancionar a aquellos que provoquen incendios. Las estrategias de reforestación y restauración de áreas quemadas son fundamentales para recuperar los ecosistemas dañados y restablecer la capacidad de los bosques para absorber CO2 y regular el clima.

Para abordar de manera efectiva la crisis de la quema agrícola y la crisis hídrica en la Amazonía, es necesario adoptar un enfoque integral que combine prácticas agrícolas sostenibles, la protección de los bosques y políticas de conservación eficaces. Este enfoque global es crucial para asegurar un futuro en el que tanto el medio ambiente como las comunidades puedan prosperar en armonía. 

La preservación de la Amazonía no es solo una cuestión de interés local, sino de importancia global. Este ecosistema juega un papel vital en la absorción de CO2 y en la regulación del clima a nivel planetario. Asegurar la salud y la integridad de la Amazonía es crucial para el bienestar del planeta y para enfrentar los desafíos del cambio climático. Se requiere una acción urgente y coordinada para proteger este invaluable ecosistema y garantizar la salud del país y del planeta para las generaciones futuras.

La Amazonía viene soportando una oleada masiva de incendios forestales. Es fundamental que se cambien los patrones productivos enraizados en nuestros agricultores.

23 ago 2024

FEDIR EXIGE PROTECCIÓN DE MICROCUENCAS

RIOJANOS EN PIE DE LUCHA: EXIGEN PROTECCIÓN Y

CONSERVACIÓN DE SUS MICROCUENCAS

 Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

    La provincia de Rioja, ubicada en las estribaciones del Bosque de Protección Alto Mayo, enfrenta una crisis ambiental que amenaza su desarrollo sostenible. Los ríos y quebradas de la provincia están disminuyendo su caudal de manera drástica, un problema alarmante que ha puesto en riesgo el abastecimiento de agua en los distritos y terrenos agrícolas. Ante esta situación, el Frente de Defensa de los Intereses de Rioja (FEDIR), ha decidido tomar acción y exigir la defensa y protección de sus recursos hídricos y bosques.

El 22 de agosto de 2024 será recordado como un día crucial para los riojanos y sanmartinenses. En esta fecha, se llevó a cabo la primera reunión entre los dirigentes del FEDIR, autoridad provincial y representantes de entidades clave como la Autoridad Regional Ambiental (ARA), la Autoridad Local del Agua (ALA), los Comités de Regantes y la EPS Rioja. El objetivo: abordar la creciente problemática de los ríos en la provincia de Rioja, que, como muchos otros en la región de San Martín, se encuentran abandonados y sin un plan de protección efectivo.

El calentamiento global, agravado por la deforestación masiva, viene golpeando severamente a los ríos amazónicos. Durante la temporada de estiaje, que se extiende por 7 a 8 meses, los ríos y quebradas prácticamente se secan. Por otro lado, en la temporada de lluvias (4 a 5 meses), el caudal de los ríos aumenta de manera excesiva e irregular, provocando inundaciones que afectan tanto a las ciudades como a las tierras de cultivo. Estas situaciones extremas, empeoradas por la falta de una gestión adecuada, van generando consecuencias devastadoras para la región.

La situación en los ríos de la provincia de Rioja es particularmente crítica debido a la extracción desmedida y descontrolada de material de acarreo (agregados) y la deforestación. Los extractores, con un afán lucrativo, han llegado incluso a las cabeceras de los ríos, de donde se capta agua para varios distritos. El río Tónchima, por ejemplo, ha visto afectadas sus fajas marginales, su lecho y sus riquezas ictiológicas, ya no se encuentran las diversas especies de peces que antes abundaban.

Frente a estos hechos, el FEDIR ha demandado a la Municipalidad Provincial de Rioja y al gobierno regional que se declare la intangibilidad de los ríos y quebradas mediante una ordenanza, que solo se extraiga material de acarreo para obras públicas. Asimismo, se requiere la elaboración de un Plan de Mitigación a los Efectos del Calentamiento Global, si existe es imperativo que lo pongan en práctica. Es evidente que, a nivel distrital, provincial y regional, las autoridades están centradas en impulsar obras de infraestructura sin considerar el impacto en los bosques y recursos hídricos. Este enfoque inmediatista, orientado en promover obras con cemento, fierro y asfalto, amenaza el futuro de las nuevas generaciones.

San Martín, siendo un departamento amazónico, ya enfrenta problemas de desabastecimiento de agua en sus ciudades, una situación que se agrava cada día. El racionamiento de agua potable se ha convertido en una realidad, y si no se corrigen los errores y omisiones ahora, las consecuencias serán catastróficas en pocas décadas.

Es hora de que los distritos y provincias de San Martín se unan para exigir a las autoridades que declaren de carácter estratégico la intangibilidad y conservación de nuestras microcuencas y bosques. Si no protegemos lo que nos queda, no habrá desarrollo sostenible en nuestra región. Los riojanos ya están en pie de lucha, y es fundamental que las demás provincias se unan a esta noble causa para exigir la defensa de nuestro patrimonio natural y garantizar un futuro promisorio.

Extracción intensiva y descontrolada de material de acarreo (agregados) en la naciente del río Negro.


15 ago 2024

DESARROLLISMO VS BOSQUES

 POPULISMO Y DESARROLLISMO VS CONSERVACIÓN DE

BOSQUES Y MICROCUENCAS

 Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

 Desde hace décadas un sector de autoridades y dirigentes sociales moyobambinos vienen exigiendo la construcción de una carretera que enlace a Moyobamba con Balsapuerto. Sobre este particular es fundamental analizar los pros y los contras de lo que implicaría una obra de tal magnitud.

Antes, es oportuno hacer un análisis de otras experiencias como es el caso de la Carretera Interoceánica Sur, que enlaza a nuestro país con Brasil.

La Carretera Interoceánica Sur, inaugurada en 2010 como un proyecto emblemático para conectar Perú y Brasil, ha resultado ser una fuente de controversia, generando más problemas que beneficios. Aunque fue presentada como una solución integral para fomentar el comercio, reducir costos de transporte y abrir nuevas oportunidades económicas en las regiones amazónicas y andinas, la realidad ha demostrado que los resultados han sido decepcionantes.

El volumen de comercio entre Perú y Brasil no ha crecido al ritmo esperado, y los negocios que se esperaban a lo largo de la ruta no se han materializado. En lugar de impulsar el crecimiento económico, la carretera ha puesto en evidencia graves deficiencias en la planificación y la falta de infraestructura complementaria necesaria para cumplir con los objetivos planteados.

El impacto ambiental ha sido uno de los aspectos más críticos. La construcción de la carretera facilitó el acceso a áreas de la Amazonía que antes estaban protegidas, lo que ha incrementado la deforestación, la minería ilegal y la expansión de cultivos ilícitos. Esta devastación afecta no solo la biodiversidad, sino también el clima global, mientras que las comunidades indígenas ven amenazados sus medios de vida.

En términos sociales, la carretera no ha mejorado la calidad de vida de las comunidades locales, sino que ha traído consigo un aumento en la violencia, la criminalidad y la explotación, especialmente en zonas donde prolifera la minería ilegal. Las promesas de desarrollo y empleo local han quedado incumplidas, y el acceso a servicios básicos sigue siendo limitado.

Catorce años después de su construcción, la Interoceánica Sur ha fracasado en cumplir sus promesas de comercio y desarrollo. En su lugar, se ha convertido en un símbolo de mala planificación, corrupción y falta de visión a largo plazo. Los daños ambientales y sociales son profundos, y los beneficios han sido mínimos, evidenciando la necesidad de reevaluar cómo se gestionan los grandes proyectos de infraestructura, priorizando el bienestar humano y la protección del medio ambiente.

Estos antecedentes deberían servir de lección para que las autoridades sanmartinenses reconsideren su enfoque y dejen de promover proyectos que, a largo plazo, solo traerán más perjuicios que beneficios. Por tanto, antes de plantear la construcción de la carretera Moyobamba – Balsapuerto es necesario tomar en cuenta lo siguiente:

1º. En el Perú, principalmente en la Amazonía, cada carretera conlleva una deforestación masiva y con ella la pérdida de biodiversidad y fuentes de agua.

2º. Es imperativo considerar los instrumentos de gestión ambiental, como es el caso de la zonificación ecológica - económica, la zonificación forestal, así como los planes de desarrollo provincial y regional.

3º. Evaluar los beneficios como los riesgos económicos. Desde este punto de vista, Balsapuerto ya no constituye la puerta de acceso a un mercado importante como lo fue Iquitos hace décadas. El comercio ahora se realiza a través de la Carretera Fernando Belaúnde Terry, que conecta con la sierra y la costa, enlazando con puertos importantes como el del Callao y, próximamente, con el de Chancay.

En una región donde el calor se incrementa constantemente, donde el caudal de los ríos disminuye cada día y el racionamiento de agua potable es cada vez más frecuente en las ciudades, es crucial optar por proyectos realmente sostenibles y dejar atrás el desarrollismo irresponsable. Es ampliamente conocido que San Martín se encuentra entre los departamentos más deforestados del país. Si esta tendencia continúa, enfrentaremos, adicionalmente, la pérdida de miles de hectáreas de bosques y de numerosas microcuencas. La tan publicitada carretera Moyobamba-Balsapuerto, en las condiciones actuales, parece más un proyecto impulsado por políticos en busca de reelección que una obra diseñada para el verdadero beneficio de la región. Es momento de reflexionar sobre el legado que queremos dejar a las futuras generaciones.

Zona deforestada en un tramo de la Carretera Interoceánica Sur que une Perú y Brasil en la región Madre de Dios. Foto: Mariana Bazo.

23 jul 2024

BOSQUE DE PROTECCIÓN ALTO MAYO: 37 AÑOS DE RECONOCIMIENTO LEGAL.

BOSQUE DE PROTECCIÓN ALTO MAYO: DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

El Bosque de Protección Alto Mayo (BPAM) es un refugio natural con una superficie de 182 mil hectáreas, ubicado en el norte de la región San Martín, en las provincias de Rioja y Moyobamba. Desde su reconocimiento legal en 1987, este bosque ha sido vital para la conservación de cuencas hidrográficas, la protección de la biodiversidad y la promoción del turismo sostenible. Sin embargo, a lo largo de sus 37 años, el BPAM enfrenta una crisis ambiental debido a la invasión y deforestación causadas por la migración y la falta de coordinación institucional.

El BPAM no solo es un refugio para una vasta biodiversidad, sino que también desempeña un papel crucial en la regulación de los recursos hídricos de la región. Los ríos que nacen en el bosque de protección abastecen de agua a las poblaciones y terrenos agrícolas del valle Alto Mayo, lo que subraya su importancia para la vida y el desarrollo local. Además, el bosque es reconocido internacionalmente como un destino privilegiado para el avistamiento de aves, habiendo batido récords en esta actividad.

A pesar de sus invaluables beneficios, el BPAM está amenazado por actividades humanas insostenibles. La invasión de agricultores migrantes, que practican la tala y quema de bosques para la agricultura y ganadería, ha llevado a una severa deforestación. Esta problemática se agrava por la construcción de trochas carrozables sin planificación ambiental adecuada, promovida por autoridades locales con intereses politiqueros.

La migración desordenada, principalmente desde las regiones de Cajamarca y Amazonas, es un factor determinante en la crisis del BPAM. Los migrantes, impulsados por la búsqueda de oportunidades y facilitados por la Carretera Fernando Belaúnde Terry, se asientan ilegalmente en el bosque de protección y su zona de amortiguamiento. Sin el conocimiento adecuado de las características del suelo y utilizando técnicas agrícolas arcaicas, estos nuevos residentes exacerban la deforestación y la degradación del ecosistema.

La falta de coordinación y cumplimiento de las leyes ambientales es otra causa significativa. A pesar de la existencia de herramientas de gestión ambiental, como planes maestros y ordenanzas regionales, su implementación ha sido deficiente. La construcción de infraestructuras sin consulta adecuada con las autoridades ambientales ha resultado en la invasión del área natural protegida y la alteración de microcuencas vitales.

Para enfrentar esta crisis, es urgente adoptar medidas tanto a nivel interno como externo:

Internamente, es esencial establecer un sistema de control migratorio que regule la ocupación de tierras y oriente a los migrantes hacia áreas adecuadas para sus actividades. Las municipalidades deben respetar y hacer cumplir las leyes ambientales, consultando con las instituciones pertinentes antes de promover obras de infraestructura.

Además, se debe incrementar el número de fiscales ambientales para atender las denuncias de invasión y deforestación de manera oportuna. En el sector educativo, es fundamental incorporar cursos sobre la realidad territorial y ambiental de la región en la currícula escolar, para fomentar una conciencia ambiental.

Externamente, la coordinación entre autoridades regionales y municipales es crucial. Las obras de infraestructura deben planificarse considerando el impacto ambiental y promoviendo un desarrollo sostenible. La visión de la Amazonía como una despensa inagotable debe ser reorientada hacia una perspectiva de conservación y uso responsable de sus recursos.

La cooperación internacional también juega un papel vital. Las organizaciones internacionales proporcionan apoyo técnico y financiero para reforzar las acciones de conservación y gestión ambiental en la región.

El Bosque de Protección Alto Mayo está enfrentando serios desafíos que requieren acciones inmediatas y coordinadas para revertirlos. A pesar de las amenazas, aún es posible transformar esta área en un modelo de desarrollo sostenible, aprovechando sus potencialidades y respetando las leyes y herramientas de gestión ambiental. Es momento de actuar con responsabilidad y compromiso para proteger este invaluable recurso natural para las presentes y futuras generaciones.

Es fundamental que las autoridades y funcionarios de las instituciones locales y regionales tomen acciones en defensa de nuestros ríos y bosques. El tiempo apremia.

9 jul 2024

CRISIS EN LA JUCAM

 AGRICULTORES DEL ALTO MAYO UNIDOS PARA AFRONTAR PROBLEMÁTICA DIRIGENCIAL EN LA JUCAM E INEPTITUD DE LA ALA

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

     A iniciativa del Frente de Defensa de los Intereses de Rioja, con fecha 15 de junio del 2024, se llevó a cabo una reunión de coordinación con el Frente de Defensa de los Intereses de Moyobamba, el Frente de Defensa de los Intereses de Nueva Cajamarca, así como con los agricultores y representantes de la Comisión de Regantes de Rioja y de los sectores de Plantanoyacu, Nuevo Oriente, Yuracyacu, San Francisco, El Milagro, Bajo Tónchima; también estuvieron presentes varios ingenieros ambientales interesados en el tema. En esta reunión se trataron diversos problemas, como las condiciones de los recursos hídricos de estos sectores y la extracción descontrolada e intensiva de materiales agregados de los ríos del Alto Mayo.

En esta primera reunión acordaron realizar un evento más amplio donde las autoridades e instituciones competentes como: Autoridad Local del Agua (ALA), Autoridad Regional Ambiental (ARA), Autoridades Administrativas del Agua (AAA), Juntas de Usuarios y Comités de Usuarios del Alto Mayo den cuenta ante los frentes de defensa provinciales y distritales, así como a las comisiones de regantes sobre lo siguiente:

a) Corrección de la delimitación de los sectores hidráulicos que corresponden al Alto Mayo. b) Logros y dificultades del Concejo de Recursos Hídricos de Cuenca y su relación con la problemática del Alto Mayo. c) Explicación y sustentación del cálculo de costos de las tarifas por los servicios hídricos que se vienen cobrando por las instancias respectivas. d) Montos obtenidos en la última década por dichos cobros y su destino. e) Supervisión, fiscalización y responsabilidad sobre los cobros según las normas, y las observaciones o denuncias realizadas. f) Captación y destino de la retribución económica cobrada a los usuarios por el uso del agua, destinada a la forestación y reforestación de las cabeceras de cuenca y fajas marginales de los ríos y quebradas. g) Acciones y dificultades en la mitigación de la contaminación de recursos hídricos por vertimientos de aguas residuales tratadas y no tratadas. h) Sustento administrativo, técnico y legal para la extracción de materiales agregados de los ríos y el control de estas actividades, incluyendo estadísticas, multas y el destino de los fondos obtenidos.

Los agricultores que integran la Junta de Usuarios de la Cuenca del Alto Mayo (JUCAM) han expresado su descontento hacia los directivos de la organización, acusándolos de incapacidad y malos manejos del dinero recaudado. Los arroceros, principales afectados, denuncian la falta de transparencia y de criterio técnico en la gestión de los fondos. Según los socios de la JUCAM, no hay claridad sobre el destino de estos recursos, lo que ha generado un clima de desconfianza y frustración que incluso piden que desaparezca esta organización gremial. 

La falta de transparencia en la gestión de los fondos de la JUCAM y la extracción irregular de materiales de los ríos están teniendo graves repercusiones en los agricultores y ecosistemas del Alto Mayo. Los arroceros, que dependen de un sistema hídrico eficiente y bien gestionado, están viendo afectadas sus cosechas y, en consecuencia, sus ingresos. La disminución de la calidad y cantidad del agua disponible para riego es una preocupación constante, exacerbada por la falta de retribución justa y adecuada por el uso del recurso hídrico. Se viene trabajando sin planificación.

Los agricultores exigen una auditoría externa a la gestión de la JUCAM para esclarecer el uso de los fondos recaudados y garantizar que estos sean destinados a mejoras en el sistema hídrico y en beneficio de los usuarios. Además, piden a la ALA mayor control sobre la extracción de materiales de los ríos, así como la implementación de políticas de conservación de las microcuencas para asegurar la sostenibilidad del recurso hídrico al mediano y largo plazo.

Por otra parte, los funcionarios de la Autoridad Local del Agua (ALA) deben dar explicaciones sobre por qué motivos nunca se niegan a otorgar opinión técnica vinculante para la explotación de material de acarreo (agregados) en todos los ríos del Alto Mayo, incluso en las cabeceras. La evidencia demuestra que esta explotación irracional no solo está afectando el curso y la calidad de las aguas sino también está perjudicando la riqueza ictiológica de estos ríos. La cuestionable actitud de ciertos funcionarios de la ALA está permitiendo que la extracción de materiales agregados agrave la crisis hídrica y ambiental de la región. Creen librarse de su responsabilidad al señalar que son los municipios los que autorizan estas actividades extractivas, pero no reconocen que los municipios lo hacen después que ellos dan el visto bueno a través de sus controversiales “opiniones técnicas”.

La situación de los agricultores del Alto Mayo requiere una intervención inmediata y coordinada entre las diferentes entidades involucradas, incluso de la OEFA, fiscalía y el poder judicial. La transparencia en la gestión de los recursos, la supervisión adecuada de las actividades que afectan el medio ambiente y la implementación de políticas sostenibles son pasos necesarios para garantizar el bienestar de los agricultores y la conservación del patrimonio natural de la región.

El aprovechamiento de los recursos hídricos debe darse con un criterio de sostenibilidad, para lo cual es fundamental la transparencia y el buen manejo de los recursos económicos.

5 jun 2024

EL BAGUAZO: ¿APRENDIMOS LA LECCIÓN?

EL BAGUAZO: UNA HERIDA ABIERTA EN LA HISTORIA DEL PERÚ

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

El 5 de junio de 2009 se produjo uno de los enfrentamientos más violentos y trágicos en la historia reciente del Perú: el Baguazo. Este conflicto, que enfrentó a las fuerzas policiales y a los aguarunas, dejó una profunda huella en la nación y puso de manifiesto la desconexión entre el gobierno central y las poblaciones indígenas y campesinas del país. El Baguazo no solo simboliza la descoordinación entre los gobiernos de turno y los derechos de las poblaciones originarias, sino también la lucha por la justicia y el reconocimiento de sus derechos sobre sus tierras y recursos.

El segundo gobierno de Alan García Pérez (2006-2011) promovió una serie de políticas orientadas a la explotación de los recursos naturales, especialmente en la Amazonía peruana. Estas políticas incluyeron la consolidación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que exigía la implementación de una serie de decretos legislativos que facilitaban la inversión extranjera y la explotación de recursos en territorios habitados por comunidades indígenas.

Estos decretos, especialmente el Decreto Legislativo 1090 y otros relacionados, fueron percibidos por las comunidades indígenas como una amenaza directa a sus tierras y su forma de vida. La falta de consulta previa, libre e informada, como lo exige el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del cual Perú es signatario, exacerbó las tensiones.

Las comunidades indígenas de la Amazonía, principalmente los aguarunas, se movilizaron en protesta contra los decretos legislativos. La protesta fue pacífica en un inicio, con bloqueos de carreteras y ocupaciones de instalaciones petroleras como forma de llamar la atención sobre sus demandas. Sin embargo, el gobierno respondió con una postura intransigente, negándose a derogar los decretos y enviando fuerzas policiales para desalojar a los manifestantes.

El 5 de junio de 2009, en la Curva del Diablo, cerca de la ciudad de Bagua, se produjo el enfrentamiento que marcaría la historia como el Baguazo. Las fuerzas policiales intentaron desalojar a los manifestantes indígenas, lo que desencadenó una violenta confrontación. El resultado fue trágico: 33 personas perdieron la vida. Además, decenas de personas resultaron heridas y muchas más fueron arrestadas. No hubo juicio a los responsables políticos de esta confrontación.

El Baguazo dejó una profunda herida en la sociedad peruana. En primer lugar, evidenció la profunda desconexión y falta de comunicación entre el gobierno central y las comunidades indígenas. La falta de consulta y el intento de imponer políticas sin consideración de los derechos y necesidades de las comunidades locales generaron un conflicto que pudo haberse evitado con un enfoque más inclusivo y dialogante.

En segundo lugar, el Baguazo puso de manifiesto la necesidad de un marco legal que garantizara la consulta previa a las comunidades indígenas antes de implementar proyectos que afecten sus territorios. A raíz del conflicto, se derogaron algunos de los decretos legislativos más controvertidos y se fortalecieron los mecanismos de consulta, aunque con limitaciones y desafíos en su implementación efectiva.

Además, el Baguazo resaltó la lucha por la defensa de los derechos territoriales de las comunidades indígenas frente a los intereses económicos del Estado y las empresas. Las comunidades indígenas han sido históricamente marginadas y despojadas de sus tierras, y este conflicto subrayó la necesidad de reconocer y respetar sus derechos ancestrales.

Transcurrieron 15 años desde el Baguazo, el cual debe servir como una lección para futuros gobiernos y para la sociedad en general sobre la importancia de la inclusión, el diálogo y el respeto por los derechos de todas las comunidades. Es crucial reconocer que el desarrollo económico no puede ir en detrimento de los derechos humanos y territoriales de las comunidades indígenas y campesinas.

El conflicto también destaca la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas y los mecanismos de participación ciudadana. La consulta previa no debe ser vista como un obstáculo, sino como una oportunidad para construir políticas más justas y sostenibles que beneficien a todos los peruanos.

Además, el Baguazo nos recuerda la importancia de proteger el medio ambiente y los recursos naturales. La Amazonía es un ecosistema vital para el planeta, y su explotación indiscriminada no solo pone en riesgo a las comunidades locales, sino también a la biodiversidad y el equilibrio climático global.

El Baguazo fue un evento trágico que dejó una marca indeleble en la historia del Perú. Simboliza la lucha de los pueblos indígenas por sus derechos y la necesidad de un cambio profundo en la forma en que se gestionan los recursos naturales y se interactúa con las comunidades originarias. El reconocimiento y el respeto por los derechos territoriales y culturales de los pueblos indígenas son esenciales para construir un Perú más justo, inclusivo y sostenible.

El gobierno y la sociedad deben aprender de este doloroso episodio para evitar que se repita. Solo a través del diálogo, la inclusión y el respeto mutuo se podrá avanzar hacia un futuro en el que todos los peruanos, sin importar su origen, puedan vivir en paz y prosperidad.

El gobierno debe ser el principal ente que propicie la paz, el diálogo y la coordinación entre autoridades y la población.

17 may 2024

SAN MARTÍN: CIUDADES DEBEN CONTAR CON PLANES DE DESARROLLO URBANO

PLAN DE DESARROLLO URBANO EN EL DEPARTAMENTO DE SAN MARTÍN: DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

El planeamiento urbano es fundamental para la ordenación del territorio, sirviendo como el instrumento básico que define los objetivos, estrategias, metas y proyectos necesarios para el desarrollo de una ciudad o espacio territorial. Esta competencia, ejercida por la administración pública, se manifiesta a través de planes y normas con naturaleza pública y tiene como objetivo perfilar el futuro de las ciudades y territorios.

En nuestro ordenamiento jurídico, los planes de desarrollo urbano tienen naturaleza de norma jurídica, aprobados por ordenanza municipal, lo que les otorga un rango similar al de una ley dentro de su jurisdicción. La Ley Orgánica de Municipalidades establece en sus artículos 73 y 79 que las municipalidades provinciales son responsables de planificar integralmente el desarrollo local y el ordenamiento territorial, promoviendo la coordinación de los planes distritales y emitiendo normas técnicas generales para la organización y uso del suelo.

La Ley General del Ambiente amplía el concepto de planificación más allá del ámbito urbano, abordando el uso del territorio de manera global e integral. Según su artículo 19, la planificación territorial es un proceso de anticipación y toma de decisiones sobre las acciones futuras en el territorio, incluyendo instrumentos, criterios y aspectos para su ordenamiento ambiental.

El artículo 20 de la misma ley establece que la planificación y el ordenamiento territorial deben complementar la planificación económica, social y ambiental con la dimensión territorial, racionalizar las intervenciones sobre el territorio y orientar su conservación y aprovechamiento sostenible. El ordenamiento territorial es una competencia de los gobiernos regionales, que deben formular, aprobar, ejecutar y evaluar los planes y políticas en esta materia, en concordancia con los planes de los gobiernos locales.

El Reglamento de Acondicionamiento Territorial y Desarrollo Urbano Sostenible (RATDUS) aprobado por el decreto supremo 022-2016-VIVIENDA, establece el marco normativo para los procedimientos técnicos y administrativos que deben seguir las municipalidades. Este reglamento busca garantizar la correcta aprobación de los planes que regulan el ámbito urbano, promoviendo la ocupación y uso racional del suelo para generar ciudades sostenibles y competitivas.

Entre sus objetivos se incluyen la ocupación sostenible del territorio, la reducción de la vulnerabilidad ante desastres, la promoción de la armonía entre propiedad e interés público, y la coordinación de los niveles de gobierno para facilitar la participación privada en la gestión local. Además, regula la zonificación del suelo y la clasificación general del mismo, abarcando áreas urbanas, de expansión urbana, de protección y rurales.

REALIDAD URBANA EN LAS CIUDADES DEL DEPARTAMENTO DE SAN MARTÍN

Las ciudades sanmartinenses enfrentan múltiples desafíos urbanos, entre ellos:

-       Desorden urbano y carencia de instrumentos de control: La falta de planes y normas adecuadas ha llevado a un desarrollo desorganizado de las ciudades.

-      Habilitación irregular de áreas de expansión: Nuevas áreas (Lotes) se habilitan sin seguir procesos regulados, exacerbando el desorden urbano.

-    Carencia de saneamiento físico legal de la propiedad: La falta de títulos de propiedad claros y regulados afecta la seguridad jurídica y el desarrollo urbano.

-      Desorden en el tránsito: El tráfico vehicular y peatonal es caótico, debido a la falta de infraestructura adecuada y planificación.

-       Contaminación ambiental y destrucción del entorno: La contaminación y la degradación del entorno natural son problemas graves.

-     Invasión de áreas de riesgo: Las riberas de los ríos, zonas de alto riesgo, están siendo invadidas, poniendo en peligro vidas y propiedades.

-    Falta de áreas de recreación y servicios culturales: La escasez de espacios públicos y servicios culturales afecta la calidad de vida de los habitantes.

-   Desorden en la actividad comercial: La falta de regulación y planificación en las actividades comerciales contribuye al desorden urbano.

-        Necesidad de desarrollo comunitario: Es vital fomentar actitudes y valores de vida comunitaria para mejorar el hábitat común.

Por todo lo señalado, el desarrollo urbano en las ciudades del departamento de San Martín requieren una planificación integral y coordinada que aborde tanto los desafíos actuales como las oportunidades para un crecimiento sostenible. La implementación efectiva del Plan de Desarrollo Urbano, en concordancia con las normativas ambientales y de ordenamiento territorial, es crucial para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y garantizar un uso racional y sostenible del territorio. Las autoridades locales, regionales y nacionales, junto con la participación activa de la comunidad y el sector privado, deben trabajar en conjunto para lograr estos objetivos.

Las autoridades deben propiciar el crecimiento ordenado y sostenible en las ciudades. Los planes de desarrollo urbano son fundamentales.


22 abr 2024

EVALUACIÓN REGIONAL EN EL DÍA MUNDIAL DE LA TIERRA

CRISIS CLIMÁTICA EN SAN MARTÍN: EVALUACIÓN EN EL DÍA MUNDIAL DE LA TIERRA

Rioja, 22/04/2024.

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

El Día Mundial de la Tierra, celebrado cada 22 de abril, debería ser una ocasión para reflexionar sobre la importancia de proteger nuestro entorno natural y tomar medidas para abordar los desafíos ambientales que enfrenta nuestro país y el planeta en general. Sin embargo, en muchos departamentos como San Martín, esta fecha conmemorativa solo sirve como un recordatorio deplorable de la falta de acción significativa para mitigar los efectos del cambio climático y preservar los ecosistemas vitales.

San Martín, un departamento rico en biodiversidad y belleza natural, enfrenta una serie de desafíos ambientales que amenazan su sustentabilidad a largo plazo. La deforestación desenfrenada, los incendios forestales, la disminución del caudal de los ríos y el incremento de la temperatura son solo algunos de los problemas urgentes que requieren atención inmediata. Sin embargo, a pesar de la creciente conciencia sobre la crisis climática a nivel global, en San Martín, las acciones para abordar estos problemas siguen siendo insuficientes.

La deforestación, impulsada principalmente por la expansión agrícola desordenada y la tala ilegal de madera, ha resultado en la pérdida masiva de hábitats naturales y la degradación de los ecosistemas. Los bosques, que una vez proporcionaron refugio a una diversidad de especies y contribuyeron a regular el clima local, están siendo diezmados a un ritmo alarmante. A pesar de la existencia de áreas naturales protegidas (ANPs) como el Parque Nacional Río Abiseo, Parque Nacional Cordillera Azul, Bosque de Protección Alto Mayo, Área de Conservación Regional Cordillera Escalera y de muchas Zonas de Conservación y Recuperación de Ecosistemas (ZOCRES), la deforestación sigue avanzando sin control en muchas partes de San Martín, incluyendo estas ANPs y sus zonas de amortiguamiento.

Los incendios forestales, exacerbados por el cambio climático y la sequía en época de estiaje, representan otra amenaza grave para los bosques y la biodiversidad de San Martín. Estos incendios, en muchos casos provocados por actividades humanas irresponsables, han devastado vastas extensiones de tierras forestales, dejando a su paso un paisaje desolado y destruido.

La disminución del caudal de los ríos es otro síntoma preocupante de la crisis ambiental en San Martín. La deforestación y la alteración de los ecosistemas naturales han afectado los ciclos hidrológicos, provocando la reducción de los flujos de agua en muchos ríos y arroyos. Esto tiene consecuencias devastadoras para las comunidades que dependen del agua de los ríos para su sustento, así como para la vida silvestre que habita en estos ecosistemas acuáticos.

A pesar de estos desafíos urgentes, las acciones para abordar el cambio climático y proteger el medio ambiente en San Martín han sido insuficientes. Las autoridades locales, a pesar de contar con múltiples instrumentos de gestión ambiental, han fallado en implementar políticas efectivas para proteger los bosques, las microcuencas y promover prácticas agrícolas sostenibles. La falta de coordinación entre las diferentes instituciones gubernamentales y la sociedad civil ha obstaculizado los esfuerzos para abordar estos problemas de manera integral.

En resumen, el Día Mundial de la Tierra, más que una fecha para la tradicional retórica de los politiqueros debería ser un llamado a la acción en San Martín y en todo el país. Es hora de que las autoridades y la sociedad en su conjunto reconozcan la gravedad de la crisis ambiental que enfrentamos y tomen medidas concretas para abordarla. Esto incluye la implementación de políticas efectivas para proteger los bosques, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, la prevención y el control de incendios forestales, y la promoción de la conservación y restauración de los ecosistemas naturales. Solo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado podemos garantizar un futuro sostenible para San Martín, el país y el planeta.

La gran riqueza amazónica se manifiesta en sus recursos hídricos, biodiversidad y paisajes naturales. 

10 abr 2024

MINERÍA EN LA AMAZONÍA

 LA MINERÍA EN LA AMAZONÍA PERUANA: ENTRE LA RIQUEZA Y LA CONTROVERSIA

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

La Amazonía peruana, con su vasta biodiversidad y riqueza natural, es un área de interés particular para la industria minera. Sin embargo, la explotación de recursos mineros en esta región no está exenta de controversia y conflictos socioambientales.

La actividad minera en la Amazonía ha generado tensiones significativas entre las empresas mineras, las comunidades locales y muchas autoridades. En el caso concreto del departamento de San Martín, la falta de consulta y coordinación con las comunidades indígenas, agricultores y los gobiernos locales está llevando a conflictos relacionados con la exploración y la potencial explotación de recursos minerales.

Las empresas exploradoras vienen ignorando la Zonificación Ecológica Económica (ZEE) establecida por el gobierno regional, pues los estudios que realizan se basan mayormente en información satelital, según manifestaron los ingenieros a cargo de estas exploraciones. Al parecer para estas empresas lo fundamental es la exploración y explotación de minerales sobre la conservación del medio ambiente y el bienestar de las comunidades locales. Esta falta de consideración viene generando preocupaciones sobre los impactos negativos de la minería en el agua, la biodiversidad y el modo de vida de las poblaciones locales.

Cabe indicar que la Zonificación Ecológica Económica elaborada por el Gobierno Regional de San Martín señala lo siguiente: El 64.60% de nuestro territorio son zonas de protección y conservación ecológica, el 20.38% son zonas de recuperación, el 14.87% son zonas de producción y el 0.15% son zonas de vocación urbana… ¿Las empresas exploradoras estarán considerando a las áreas naturales protegidas y sus zonas de amortiguamiento? ¿Estarán considerando a las zonas de conservación y recuperación de ecosistemas?

La minería en nuestra Amazonía plantea una serie de riesgos ambientales, incluida la deforestación, la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad. La actividad minera requiere la remoción de grandes cantidades de tierra y vegetación, lo que contribuye a la degradación del hábitat natural y la pérdida de biodiversidad en una de las regiones más biodiversas y amenazadas del mundo.

Además, la contaminación del agua es una preocupación importante, ya que la actividad minera puede contaminar los ríos y arroyos con metales pesados y productos químicos tóxicos utilizados en el proceso de extracción y procesamiento de minerales. Esto no solo afecta a la vida silvestre, sino también a las comunidades que dependen del agua para beber, cocinar y cultivar.

La falta de coordinación entre el gobierno central, los gobiernos regionales y locales está exacerbando los conflictos relacionados con la minería en la Amazonía. La ausencia de consulta previa y la falta de planificación estratégica han llevado a una situación en la que las comunidades locales se sienten marginadas y desprotegidas frente a los intereses de las empresas mineras.

Es fundamental que el gobierno nacional coordine previamente con los gobiernos regionales y locales para delimitar áreas donde sea factible explorar y explotar minerales, teniendo en cuenta las zonificaciones ecológicas económicas y los intereses de las comunidades locales. Esto ayudaría a prevenir conflictos y garantizar una gestión más racional y sostenible de los recursos naturales en nuestra Amazonía.

La dependencia del Perú en la exportación de materias primas, como los minerales, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de este enfoque económico ¿Hasta cuándo el país se conformará con ser un simple exportador de materias primas, sin agregar valor a sus productos ni diversificar su economía?

Es necesario buscar alternativas para diversificar nuestra economía y agregar valor a sus recursos naturales, en lugar de depender mayormente de la extracción y exportación de minerales. Esto implicaría promover la inversión en sectores como la agricultura, el turismo y la industria manufacturera, que generen empleo y riqueza de manera más equitativa y sostenible.

En base a lo señalado podemos concluir manifestando que la minería en la Amazonía representa un dilema entre la generación de ingresos y el desarrollo económico por un lado, y la conservación del medio ambiente y el bienestar de las comunidades locales por el otro. Es fundamental encontrar un equilibrio entre estos objetivos y adoptar un enfoque más inclusivo y sostenible hacia la gestión de los recursos naturales en la región.

El cambio climático está afectando la biodiversidad, así como los ríos y lagunas de la Amazonía. La mayor preocupación de los pobladores amazónicos es la pérdida o contaminación de sus recursos hídricos.

18 mar 2024

TURISMO SOSTENIBLE

 SAN MARTÍN: URGE PROMOVER UN TURISMO SOSTENIBLE

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

En la época actual, donde el turismo se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos económicos para muchas regiones del mundo, es fundamental abordar el tema del desarrollo turístico de manera sostenible, mucho más en nuestro país donde tenemos áreas naturales protegidas, en las que se concentra una gran riqueza turística.

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo sostenible se define como aquel que satisface las necesidades de los turistas y de las regiones de destino, al mismo tiempo que protege y garantiza la actividad de cara al futuro. Es un enfoque de gestión que busca conciliar las necesidades económicas, sociales y estéticas con la conservación de la integridad, los procesos ecológicos esenciales y la diversidad biológica de los ecosistemas.

Dentro del contexto del turismo sostenible, la capacidad de carga juega un papel fundamental. Se refiere al número máximo de visitantes que un espacio o recurso turístico puede soportar sin que se produzcan impactos negativos irreversibles en el entorno. Es importante establecer límites claros sobre el número de visitantes y el nivel de desarrollo permitido, con el fin de garantizar la conservación de los recursos naturales y la calidad de la experiencia turística.

Existen diversas metodologías para medir la capacidad de carga en áreas naturales protegidas y en otras zonas turísticas. Entre las más utilizadas se encuentran los Límites de Cambio Aceptable (LCA) y la Capacidad de Carga Turística (CCT).

Los LCA se enfocan en establecer límites sobre los cambios aceptables en el ambiente natural, considerando tanto los aspectos ecológicos como las percepciones y valores de la comunidad local. Por otro lado, la CCT se centra en determinar el número máximo de visitantes que un área protegida puede recibir sin comprometer su integridad ambiental.

San Martín, es una región rica en biodiversidad y paisajes naturales impresionantes, lo que la convierte en un destino turístico potencialmente atractivo. La región cuenta con 4 áreas naturales protegidas: el Parque Nacional Río Abiseo, el Parque Nacional Cordillera Azul, el Bosque de Protección Alto Mayo y el Área de Conservación Regional Cordillera Escalera. Además, existen varias Áreas de Conservación Privadas (ACPs) y muchas zonas de Conservación y Recuperación de Ecosistemas (ZOCRES), en las cuales se encuentran la mayoría de atractivos naturales.

Sin embargo, el desarrollo turístico descontrolado podría poner en riesgo la conservación de estos recursos naturales. Por ello, es crucial que en San Martín se trabaje el turismo con criterios de sostenibilidad. Esto implica aplicar las mejores metodologías disponibles para medir la capacidad de carga de los recursos y atractivos turísticos, tanto en áreas naturales protegidas, como en sus zonas de amortiguamiento.

Es fundamental que las autoridades y actores involucrados en el sector turístico trabajen de manera coordinada para aplicar las mejores prácticas y metodologías disponibles en la medición y gestión de la capacidad de carga de los atractivos turísticos naturales.

Es oportuno que se realicen estudios detallados, relacionados al turismo, en las áreas naturales protegidas, en las Zocres y en sus respectivas zonas de amortiguamiento, con la participación activa de la comunidad local y el sector privado. Además, es necesario promover la educación ambiental y el turismo responsable entre los visitantes, con el fin de minimizar los impactos negativos y maximizar los beneficios socioeconómicos para la región.

Baños termales de San Mateo, al igual que otros atractivos de San Martín, urge aprovecharlo con un criterio de sostenibilidad.

14 mar 2024

CRISIS DEL RÍO TÓNCHIMA

 

TÓNCHIMA: INACCIÓN ANTE LA CRISIS DE UN RÍO VITAL PARA EL DESARROLLO DEL ALTO MAYO

R/13/03/2024.

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva

Al norte de la región San Martín, se encuentra un importante recurso natural que ha sido durante siglos la fuente de vida y sustento para las comunidades locales. El río Tónchima, que fluye majestuoso a través del Valle Alto Mayo, no solo provee agua para el consumo humano y agrícola, sino que también alberga una gran diversidad de especies acuáticas que han prosperado en sus ricas aguas. Sin embargo, a pesar de su importancia vital, este río enfrenta una amenaza creciente debido a la negligencia humana y la falta de conciencia sobre su sostenibilidad.

Una de las principales preocupaciones que rodean al río Tónchima es la extracción desmedida y descontrolada de material de construcción (acarreo). La demanda de piedra ha llevado a una explotación indiscriminada del río, lo que viene alterando su cauce natural y provocando la degradación de sus hábitats acuáticos. La extracción de este material no solo causa erosión de las riberas, sino que también afecta la calidad del agua y reduce la disponibilidad de hábitats para la fauna acuática.

Además, la contaminación generada por actividades humanas, como la agricultura intensiva, la industria y el vertido de desechos sólidos y aguas residuales, ha exacerbado los problemas del río Tónchima. Los contaminantes transportados por las aguas fluviales, como pesticidas, fertilizantes y otros agroquímicos para la agricultura, amenazan la salud de los ecosistemas acuáticos y ponen en peligro la supervivencia de las especies de peces nativos.

La desaparición gradual de muchas especies de peces en Tónchima es un claro indicador de la crisis que enfrenta este ecosistema acuático. Especies como la carachama, bagre, boquichico, shitari, bujurco, sábalo, mojarra, yulilla, entre otros, que alguna vez fueron abundantes en sus aguas, ahora están desapareciendo debido a la degradación de su hábitat y la contaminación del agua. La pérdida de estas especies no solo afecta la biodiversidad del río Tónchima, sino que también impacta negativamente en las actividades pesqueras tradicionales de las comunidades locales, que dependen de la pesca como una fuente importante de alimento y sustento.

Ante esta situación crítica, es fundamental que se tomen medidas urgentes para proteger y conservar el río Tónchima y su entorno. Es necesario aplicar las normas e implementar políticas y regulaciones ambientales más estrictas que limiten la extracción de materiales de construcción en el lecho y en las riberas del río, y controlen la contaminación de sus aguas. Es imperativo un esfuerzo conjunto y decidido entre los municipios, la Autoridad Local del Agua, la Autoridad Regional Ambiental, las comisiones de regantes, las asociaciones ambientalistas y las organizaciones sociales de base para promover prácticas sostenibles de desarrollo que protejan la integridad del río y fomenten la coexistencia armoniosa entre el ser humano y su entorno natural.

Hoy más que nunca debemos tener en cuenta que el río Tónchima representa un valioso patrimonio natural que merece ser preservado para las generaciones futuras. Su importancia como fuente de vida y sustento para las comunidades del Valle Alto Mayo no puede subestimarse, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para garantizar su integridad y sostenibilidad a largo plazo. La protección y conservación de Tónchima no solo beneficiará a las comunidades locales y a la biodiversidad de la zona, sino que también contribuirá a la conservación de uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de nuestra región.

La explotación irracional de material de acarreo del río Tónchima está originando la erosión de sus riberas y la pérdida de su riqueza ictiológica. Este mismo problema se presenta en otros ríos de la región.

Trabajo conjunto entre regiones